Los ‘Diablos’ No Tendrán Futuro si la Falla Está en los Propietarios del Club

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El Toluca resurgirá si el mal está en los jugadores, técnico y directiva: no, si está en los dueños.

*Es indispensable una reflexión autocrítica de las causas del fracaso.

Con 17.3 millones de habitantes, el Estado de México, de alta afición por el futbol profesional, sólo tiene un equipo en esta disciplina: el Toluca, acostumbrado a fracasar en forma estrepitosa en los últimos torneos. Ahora tiene sólo 12 de 36 puntos posibles, con 10 goles a favor y 15 en contra, sin ninguno de sus delanteros entre los diez mejores del torneo.
Salen y entran jugadores, salen y entran técnicos, pero las cosas no mejoran, lo que conduce a muchos a pensar que el mal no está en los futbolistas, ni en los entrenadores, destinatarios de la ira de los aficionados.
En todo caso, unos y otros no serían los únicos, ni los principales culpables del mal desempeño del quipo en las canchas, sino la directiva, pero especialmente los dueños del equipo.
Se desentendieron del club y lo dejaron en manos de chambistas. Con la excepción de algunos empleados que laboran por amor a la camiseta, la mayoría sólo está interesada en la paga y los privilegios que conlleva estar en puestos bien pagados dentro de las nóminas de un equipo que fue grande, pero ahora parece no querer serlo de nuevo.
El Toluca está urgido de una profunda y rigurosa reflexión autocrítica, para detectar en dónde se ubica la causa de su mal funcionamiento. Si son los jugadores, el técnico o la burocracia incrustada en el equipo, los problemas se resolverían con medidas drásticas.
Si los jugadores no están a la altura de las exigencias, puede cambiarse a todos. Si el mal está en el entrenador o en la directiva, el problema puede resolverse también dándoles las gracias a todos.
La situación no tendrá salvación si el mal está en los dueños, y ellos no quieren hacer lo necesario para el resurgimiento del equipo, porque sencillamente a jugadores, técnicos y directiva puede dárseles de baja, inclusive a todos, y pueden contratarse otros futbolistas buenos, a un mejor técnico y a una directiva eficaz, pero a los propietarios no se les puede correr.
Los aficionados se preguntan por qué los dueños del Toluca no dan oportunidad a jóvenes mexiquenses con cualidades para ser estrellas del balónpie nacional, y por qué prefieren tener en su cantera a muchachos de otras entidades federativas, especialmente de Jalisco, cuyos equipos andan mal desde hace varios años.
En el Estado de México hay cientos de miles de adolescentes que quieren ser futbolistas profesionales, pero no reciben la oportunidad del único equipo de primera división que existe en el territorio estatal.
La exclusión del club de mexiquenses de todas las regiones de la entidad explica también la falta de apoyo popular a escala estatal: el Toluca no sólo carece de afición en otras partes del país, sino también en la zona estatal más poblada, como lo es la región Cuautitlán-Texcoco, lo que parece no importarle a los dueños, ni a la burocracia dorada del club.

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