
*Mejorarán el etiquetado de alimentos.
De la redacción
A pesar de ocasionar 104 mil muertes al año y restarle varios años de vida saludable a los mexicanos, la diabetes, uno de los grandes problemas de salud pública, no es prevenida con eficacia en México, ni se combaten sus factores de riesgo.
En años anteriores, las autoridades flexibilizaron la regulación, por lo cual los alimentos ultraprocesados contienen sales, azúcares y grasas saturadas en exceso, causas de la obesidad y sobrepeso, según un estudio de la Organización Panamericana de la Salud (OPS).
La institución más antigua del planeta en el tema colaboró con la 60 Legislatura Mexiquense aportando información especializada y actualizada de las condiciones de salud en el Estado de México, para la preparación de una iniciativa de Ley Estatal de Salud.
En su investigación sobre los problemas de salud en el país encontró que la flexibilidad en las normas sanitarias para la industrialización de los alimentos genera las enfermedades de diabetes, colesterol y triglicéridos, las cuales ocasionan muertes y mantienen enfermos a los mexicanos en sus últimos años de vida.
La OPS destacó dos factores adicionales que propician las muertes por diabetes y males del corazón: la libertad absoluta a las grandes empresas productoras y comercializadoras de alimentos ultraprocesados para la difusión masiva en los medios electrónicos de comunicación de sus productos.
En especial, la falta de control sobre la publicidad que induce a los niños, casi desde que tienen capacidad para ello, al consumo de alimentos de nulo valor nutritivo y excedidos en sales, azúcares y grasas saturadas, lo cual se traduce en sobrepeso, obesidad, enfermedades cardiovasculares y diabetes.
Desde la más tierna edad comienzan a enfermarse por esa inducción al consumo de comida ultraprocesada, ante la indiferencia de las autoridades competentes, que permiten la publicidad en horas de alta audiencia infantil.
El otro descuido, o más bien producto de las presiones de los grandes intereses económicos nacionales y extranjeros que dominan el mercado de los refrescos y los alimentos chatarras, es el etiquetado de esos productos.
“Los avisos sobre las consecuencias nocivas del consumo de estos alimentos son minúsculos y las fórmulas de los alimentos están redactadas en forma tan confusa que ni siquiera los jóvenes que cursan estudios profesionales les entienden”, advirtió la OPS.