
*Autoridades de los tres órdenes de gobierno actuaron con oportunidad y lo evitaron.
De la redacción
La explosión ocasionada por la fuga de gas en Nextlalpan a principios de agosto de este año pudo tener consecuencias mayores y más grave que la tragedia ocurrida en San Juanico, Tlalnepanta, por la explosión de tanques “salchichas” del mismo combustible.
El 19 de noviembre de 1985 la conflagración en un centro de almacenamiento de gas convirtió en un infierno al citado pueblo de Tlalnepanta. Las víctimas fatales rebasaron el número de quinientos, y hay quienes las ubican en los seiscientos.
Los lesionados fueron miles y todavía muchos padecen las secuelas de aquella explosión, que implantó u record negro en materia de accidentes químicos en la historia del país.
Alejandro Ozuna Rivero, secretario general de Gobierno, destacó lo anterior en su comparecencia ante la 60 Legislatura Local, con motivo de la glosa del segundo informe del gobernador Alfredo del Mazo Maza.
A principios de agosto, una madrugada, fue detectada una fuga de gas de gran magnitud en el ducto de Petróleos Mexicanos (PEMEX) Cactus-Guadalajara, en el territorio del municipio de Nextlalpan, muy cerca de las colonias Hacienda de Santa Inés y Paseos del Valle, altamente pobladas.
Autoridades de los tres órdenes de gobierno, incluyendo cuerpos de seguridad, de protección civil y bomberos intervinieron en forma oportuna, y personal de la empresa petrolera cerraron válvulas y después arduas y riesgosas tareas lograron resolver el problema.
Ozuna Rivero destacó la coordinación lograda entre los tres gobiernos, que permitió la explosión del gas, que, según sus palabras, pudo generar una tragedia mayor a la de San Juanico de 1985.
El secretario general de Gobierno llamó a los “huachicoleros” a no poner en riesgo a la población con sus actividades delictivas e insistió en que de haber explotado el gas pudo ocasionar un desastre de gran dimensión.
Esa fuga ocasionada por la perforación del gasoducto para robar gas, fue difundida ampliamente, porque meses antes ocurrió la explosión de un oleoducto en una población de Hidalgo, pero no se dimensionó lo que pudo ser la tragedia en Nextlalpan.
Las autoridades percibieron la gravedad del riesgo y por eso evacuaron a tres mil personas, quienes fueron reubicadas en sitios seguros.