1-Bertha Luján, ex presidenta del Consejo Nacional de MORENA y candidata a dirigir a ese partido a escala nacional arremetió contra el INE por haber anulado el proceso para elegir dirigentes estatales y nacionales. La verdad es que los problemas del partido en el poder no los generó el órgano electoral, sino los grupos internos morenistas, convertidos en “tribus”, como lo fueron en el PRD y que ahora se disputan los beneficios de gobernar al país.
Mario Delgado, coordinador de los diputados federales de MORENA y aspirante a la dirigencia nacional comentó hace unas semanas al semanario mexiquense “El Espectador” que su partido no está a la altura de as exigencias del gobierno de la cuarta transformación. Tiene razón: desde que López Obrador salió de la dirigencia, el partido quedó paralizado y no ha sido capaz siquiera de elaborar un padrón efectivo, y mucho menos defender al gobierno surgido de sus filas en los momentos de mayor asedio por parte de la oposición, convertida en un sector de la ultraderecha empresarial.
2-Dos causales expuso e INE para anular el proceso interno para elegir dirigentes en MORENA: la falta de un padrón de militantes confiables, que generó inconformidades por el “rasurado” de miembros, la falta de credencialización y numerosas irregularidades ocurridas en las asambleas distritales; y la exclusión del padrón de quienes ingresaron a la organización a partir del primero de diciembre de 2017.
Si la dirigencia de Morena hubiera elaborado bien su padrón de afiliados, con todos los que ingresaron hasta un mes antes de lanzar la convocatoria del caso y sus grupos se hubiesen comportado civilizadamente, no tendría problemas, pero lo más grave es que proyecta y arraiga la idea de que si no puede organizarse internamente, menos podrá ayudar AMLO como partido gobernante.