
*Por ello ganaron el Premio de la Asociación Mexicana de Farmacovigilancia.
De la redacción
Un equipo de dos académicos, un alumno de la UAEM y un especialista del ISSEMYM lograron identificar al más eficaz y seguro medicamento contra el cáncer, por lo cual la Asociación Mexicana Farmacovigilancia le otorgó el Premio Carmen Becerril Martínez.
Se trata del estudiante Raúl Gerardo Haro Díaz, los académicos Jonnathan Santillán Benítez y Leobardo Manuel Gómez Oliván; y Saúl Campos Gómez, médico del Centro Oncológico del ISSEMYM. El fármaco permitirá elevar la calidad de vida del paciente, además de asegurar un ahorro de hasta 100 mil pesos. El reconocimiento se entregó por primera vez.
El estudio, presentado en el marco del XIII Congreso Nacional de Fármaco y Tecnovigilancia, organizado por dicha asociación, identificó el medicamento que permite reducir los costos para las instituciones de salud y, sobre todo, registró 615 días de supervivencia sin progresión, es decir, el tiempo que el paciente sobrevive sin signos de la enfermedad fue equivalente a más de un año.
El trabajo, desarrollado por los universitarios en conjunto con el Centro Oncológico del ISSEMyM, será publicado en la revista científica Latin American Journal of Clinical Sciences and Medical Technology. Consistió en realizar el seguimiento clínico a 51 personas -21 mujeres y 30 hombres- con un promedio de edad de 57 años, quienes padecían carcinoma en células renales en etapa terminal.
Los universitarios destacaron que el objetivo principal de este estudio fue la valoración e identificación del medicamento que implicara los menores efectos adversos a la salud y fuera asequible, pues este tipo de tratamiento se ubican entre los más onerosos para la atención del cáncer.
Este trabajo, en revisión para su publicación en el International Journal of Pharmacological Sciences, permite un avance importante en materia de farmacovigilancia, área aún incipiente en el país, pero de amplio beneficio para las instituciones encargadas de atender los padecimientos, y demuestra el eminente enfoque social de los estudios farmacéuticos, como puente entre los médicos y los pacientes, a fin de hacer más eficientes los tratamientos.