El Neoliberalismo… Modelo Económico Caduco – Jairo A. Tell

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EL NEOLIBERALISMO…Modelo económico caduco.
Jairo A. Tell

Definitivamente, las conferencias de prensa mañaneras son un verdadero dolor de “huesos” para los llamados “Conservadores” “Fifís” y adversarios políticos de la 4T. No cabe duda que esta estrategia empleada por el presidente Andrés Manuel López Obrador ha despedazado los ratings de los autodenominados “Líderes de opinión”, obligándoles a convertirse en verdaderas comparsas de sus acciones y de sus dichos.
En lo que coincidimos todos los mexicanos es en el diagnóstico hecho por AMLO en el sentido de que el país no aguanta más las condiciones de desigualdad y de pobreza en que se debaten millones de compatriotas y cuyo futuro es cada vez más incierto. Que se requiere un cambio total para acabar con las estructuras reinantes que lo único que han hecho es empobrecer al grueso de la población.
Haciendo una retrospectiva tenemos que: Hace 30 años se impuso una manera de ver el mundo, en la cual los mercados resolverían todos los problemas del país, en el caso de México la bandera del libre mercado impuso el modelo neoliberal y desde entonces, a la sombra del poder político se amasaron grandes fortunas con base principalmente en la venta de empresas públicas y de recursos naturales de la nación. Así es, se instaura en México el modelo económico Neoliberal, cuya base fundamental fue la entrega del país a los grandes intereses Internacionales. La oligarquía que nos gobernó, hizo que la riqueza fuera especulativa, basada en grandes monopolios con regímenes fiscales a modo aunado a la modificación de leyes para privilegiar el saqueo.
El Neoliberalismo es un sistema decadente. La desigualdad social, el nacionalismo y la ausencia de educación y cultura terminaron por fermentarlo y convertirlo en un ente putrefacto. En la historia reciente de México se han cometido por lo menos tres errores garrafales en política económica que nos han costado sangre, sudor y lágrimas, por el enorme retroceso en el poder adquisitivo de los trabajadores. El primero se dio durante el sexenio de Miguel De La Madrid (1982-1988) cuando producto de la creciente inflación con origen en la deuda externa y la caída de precios del petróleo se adoptan las prácticas neoliberales, relajando impuestos y aranceles e iniciando con una etapa de privatización de las empresas paraestatales, para finalizar con la adherencia de México al GATT (Acuerdo General entre Aranceles y Comercio) en 1986.
El segundo error lo cometen Fox y Calderón durante la “Docena Trágica”, en sus sexenios al no crear un fondo contingente a pesar de saber todo lo “PETROLIZADA” que estaba la economía (más del 40% del Gasto Corriente). No pudieron, ni quisieron prevenir las contingencias. En 12 años no rediseñaron a PEMEX ni le dieron sustentabilidad, más bien le cortaron las piernas y comenzaron su desmantelamiento, ejemplo de ello, fue la apertura a otras fuentes de ingresos como fertilizantes, petroquímica secundaria o biocombustibles. Estos gobiernos no creyeron en la autonomía energética ni promovieron la refinación de gasolina o diésel que hubiesen permitido mantener empleos o evitar la compra de 5000 millones de dólares cada año tan solo en gasolina; lo que presiona e incide directamente el tipo de cambio.
El tercer error es haber continuado con el Neoliberalismo sin regulación a los bancos. Este error lo replicaron los funcionarios de la administración Peñista. Bellacamente pensaron que más de lo mismo le vendría bien a México y decidieron abrir fronteras con una propuesta de “Reformas Estructurales” que sin duda fueron hechas con los pies y en fast track; hace 20 años estaban a tiempo para aprovechar la bonanza del sector energético o el crecimiento de China y Asia; que por lo visto aun ahora son inoportunas.
El hecho concreto es que este “el saco” a lo neoliberal le quedo muy grande a México, que no es el modelo económico que requerimos. No tenemos ni superávit en el libre comercio, no tenemos las condiciones de precio favorables para la venta de materias primas y petróleo, estamos creciendo la deuda interna; pero sobre todo, no tenemos el respaldo adecuado a nuestra divisa que por ser tan líquida, cada año se debilita haciéndose la moneda favorita de la especulación de las entidades financieras. Ya todos los bancos lo saben: llevarse utilidades en pesos fuera y prestarle esos dólares a México es un negociazo. El resultado de este sistema y de las turbias maniobras de los integrantes de la partidocracia que nos gobernó es lo que se vive ahora. Nadie se llame a sorprendido cuando dicha partidocracia quiera imponer al primo, familiar o compadre de tal o cual político, el fin justifica los medios decía Maquiavelo, pues se trata de dar continuidad al modelo y por ende garantizar impunidad a los pillos. Ahí está el caso de Moreira y su partido Joven, pero también la estrategia para evitar que otros pisen la cárcel como es el caso de los Duarte. En todos los partidos y en todos los niveles de gobierno se adolece de este mal, un sistema que ya no da más.

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