1-Con el golpe de estado contra Evo Morales en Bolivia, suman 43 los organizados, diseñados y financiados por Estados Unidos en aproximadamente un siglo. En varios de esos derrocamientos de autoridades que no se someten a sus políticas e intereses, los vecinos del norte no se han tomado la molestia de ordenarles a gorilas los golpes de estado: los ha efectuado directamente, mediante invasiones con sus tropas.
Las últimas ocupaciones militares fueron las de Granada, en 1983; y la de Panamá, en 1989-1990. En éste último caso, para derrocar y capturar a Manuel Antonio Noriega, quien había sido agente de la CIA, pero al final respaldaba los movimientos guerrilleros en Centroamérica.
Además, en estas dos últimas invasiones Estados Unidos fue “gandalla”. Mandó a Granada, un pequeño país caribeño, a 7 mil soldados de élite, mientras el ejército granadino lo componían mil 700 elementos. A Panamá mandó a 26 mil soldados de élite, la aviación y armamento de última generación, para combatir a 12 mil miembros de la Guardia Nacional. Resulta innecesario decir que, en ambos casos, triunfó.
2-Los dos últimos golpes de estado inducidos por Estados Unidos fueron los de Manuel Celaya, de Honduras, en 2009; y el de Evo Morales, del 10 de este mes. En este último caso fue tan obvia la intervención que Donald Trump se regocijó de lo ocurrido y sentenció que lo mismo le pasará a Nicolás Maduro, de Venezuela; y Daniel Ortega, de Nicaragua.
Por cierto, dos finísimas personas se reunieron: Juan Guaidó, que fue electo para diputado, pero ahora se autonombra presidente de Venezuela; y Jeanine Áñez, quien se autoproclamó presidenta de Bolivia, en una sesión del senado a la cual no acudió ni el 20 por ciento de los senadores. Para que fuera válida la designación se requería el 66 por ciento, pero eso no importa a la ultraderecha boliviana y de América Latina, México incluido.