DELICADA FALTA DE COHESIÓN
SOCIAL ENTRE LOS MEXIQUENSES
LA AUSENCIA DE SENTIDO DE COMUNIDAD EN EL
ESTADO NO DEBE VERSE COMO ALGO IRRELEVANTE
Una comunidad unida, cohesionada, solidaria y con un alto sentido de pertenencia constituye un factor indispensable para resolver sus problemas; por el contrario, cuando estas cualidades están ausentes se convierten en un grave problema adicional para los esfuerzos gubernamentales destinados a solucionar las necesidades sociales.
Esta realidad no resulta saludable y sí merecedora de preocupación y búsqueda de soluciones a la falta de cohesión social y de confianza ciudadana en las autoridades municipales, descubierta por una encuesta del Gabinete de Comunicación Estratégica (GCE) en todos los municipios de su muestra de 76 urbes del país, cuyo título fue por demás sugestivo: “Ciudades habitables”.
La consulta incluyó aspectos como calidad de vida, cohesión social, grado de satisfacción en la prestación de los servicios públicos, seguridad pública, expectativas de desarrollo personal y familiar y confianza ciudadana en las autoridades municipales, específicamente en los alcaldes, para resolver los problemas de la comunidad.
Del Estado de México se incluyeron las ciudades de Toluca, Ecatepec, Nezahualcóyotl, Naucalpan, Tlalnepantla y Chimalhuacán. Fueron excluidas otras grandes urbes mexiquenses, pero de haberse incorporado a la muestra los resultados no hubieran diferido mucho de los encontrados en las mencionadas, porque las condiciones objeto de las entrevistas son muy similares.
Lo grave es que todas las demarcaciones mexiquenses de la encuesta aparecieron entre las menos idóneas para vivir, pero sobre todo debe preocupar la falta de cohesión social, como se le denomina a la ausencia de sentido de pertenencia de la población a su colectividad, fenómeno negativo conocido también como tejido social roto.
El problema es antiguo. Fue percibido desde los primeros años de la década de los ochenta del siglo pasado por un hombre visionario e interesado en resolver los problemas de la entidad: el gobernador Alfredo del Mazo González, padre del actual mandatario estatal, Alfredo del Mazo Maza. Su mérito fue más grande porque no se había creado en el territorio estatal, ni hecho su vida profesional y política aquí.
No asumió una actitud contemplativa; al contrario, diseñó y ejecutó programas y acciones destinadas a contener la tendencia a la pérdida de sentido de pertenencia al Estado de México, de identidad y cohesión social de los mexiquenses, entonces sin este gentilicio, porque no tenían y hubo necesidad de instituirlo, para diferenciar a la población estatal de la de la Ciudad de México.
Para el mismo objetivo estratégico creó el sistema de Radio y Televisión Mexiquense, convertido ahora en refugio de oportunistas, sin identificación con los intereses del Estado, el Instituto Mexiquense de Cultura, antecedente de la secretaría del ramo y el nombre de Valle Cuautitlán-Texcoco a la región estatal del Valle de México.
Su salida del gobierno estatal para integrarse al gabinete presidencial de Miguel de la Madrid representó también el abandono de sus preocupaciones y acciones para resolver el fenómeno, que se agravó y ahora dificulta la solución a todos los otros problemas que agobian a los mexiquenses, como el estancamiento económico, la pobreza, la inseguridad pública, la corrupción, impunidad, ineficacia y déficit de las instituciones.