
*El capital financiero mundial no le perdonó que abandonara al neoliberalismo.
Abandonar el neoliberalismo, expropiar los recursos naturales como el petróleo, el estaño y el litio, trabajar preferente por los pobres y el acercamiento con China fueron los pecados cometidos por Evo Morales, causante de su derrocamiento por la ultraderecha criolla, pero por órdenes del capital financiero mundial.
De acuerdo con un análisis de Álvaro García Linera, vicepresidente en el gobierno de Morales, también derrocado y obligado al exilio en México, los intereses económicos que dominan el mundo no podían permitir que el ejemplo del mandatario boliviano cundiera y se extendiera en el sur del continente.
Su observación tiene sentido, pues lo demostró el comportamiento de los gobiernos de Perú, Ecuador y de los golpistas bolivianos, al negar su espacio aéreo para la salida del depuesto presidente al exilio.
No sólo respaldaron al menos moralmente la brutal interrupción de la vida democrática de Bolivia, sino que deseaban que Morales quedara indefenso y a merced los golpistas; es decir, que lo asesinara la ultraderecha, lo querían muerto.
Morales y García Linera formaron una eficaz pareja para sacar de la pobreza a Bolivia. El primero, sin formación universitaria, pero con un liderazgo y arraigo popular pocas veces visto en América Latina. Reúne condiciones de eficaz conductor de masas, honesto, visionario y humilde, virtudes que a los ojos de la plutocracia boliviana son defectos imperdonables, a los cuales se agrega su calidad de indígena en un país racista.
García Linera, por su parte, es un sólido intelectual, amante de los libros (los golpistas le quemaron su biblioteca con 30 mil libros), con alta calificación profesional, que coincide con los ideales de su amigo y jefe, honesto, sencillo, identificado y vinculado con su pueblo. La combinación dio extraordinarios resultados para los bolivianos.
Ambos demostraron al mundo de ahora que existe otro camino para abatir la pobreza distinto al de la agudización y expansión del fenómeno y la concentración de la riqueza en pocas manos, que ofrece el neoliberalismo. Ese ejemplo, más las nacionalizaciones de los recursos naturales que emprendió desde su primer mandato se consideró imperdonable para el capital financiero mundial y la ultraderecha criolla.
Esa posición de gobernante, más el acercamiento comercial con China y el rechazo a subordinarse al FMI, son las causas del golpe de estado, al que llegó después de una campaña continental de desprestigio por parte de la ultraderecha, sus medios y sus periodistas. Era un peligro para los intereses de la oligarquía y el capital financiero.
García Lienra enumeró los avances más relevantes de los 13 años del gobierno evista: reducción de la pobreza del 63 por ciento al 35 por ciento; abatimiento de la pobreza extrema del 38 al 15 por ciento, aumento del gasto en salud en 170 por ciento.
Aumento exponencial del valor del producto interno bruto y la equidad en su distribución. En toda la historia desde su independencia de España en 1825 hasta 2006 el valor del producto interno bruto (PIB) sólo pudo llegar a 9 mil millones de dólares anuales, y para el 2018 alcanzó los 40 mil millones de dólares, pero eso no importó a los golpistas. Quisieron recuperar el poder por la fuerza, con apoyo externo. Y lo lograron.