1-El gobernador mexiquense, Alfredo del Mazo, elevará la deuda pública en un 57.0% con la entrega de un contrato para mantenimiento carretero y 6 mil millones de pesos de crédito. El pasivo pasará de 38 mil 892 millones a más de 61 mil millones de pesos debido a los más de 22 mil millones que representarán la Asociación Público-Privada para mantenimiento carretero y el financiamiento.
Tan sólo por el Impuesto al Valor Agregado (IVA) de lo que pagará a particulares por el tema de las carreteras, el gobierno del Estado cubrirá 2 mil 180 millones de pesos, suma que se hubiera ahorrado de haberse encargado directamente de darle mantenimiento a los caminos, como es su obligación.
2-Los jubilados y pensionistas mexiquenses del ISSEMYM anunciaron que comenzarán el año en lucha, porque no dejarán que se consume el fraude cometido por la Planilla Morada en la elección de directiva, y menos la intervención de las autoridades del organismo.
Anuncian movilizaciones, y por lo pronto en su desesperación acudieron a denunciar el fraude ante la representación del gobierno federal en la entidad, que nada tiene que ver en este caso. Los jubilados que siguen al candidato Everardo López Pérez sostienen que fue descarado el fraude, perpetrado con el apoyo de funcionarios de ISSEMYM.
Dos ejemplos ponen como prueba del presunto fraude: en las delegaciones de Valle de Bravo y Tejupilco la planilla Morada que encabezó Juan Costilla Gregorio sacó en cada lugar ciento por ciento más votos que el número de jubilados que existen en las dos regiones.
3-Los grandes medios informativos mexicanos de cobertura nacional, especialmente los de propiedad o vinculado con la ultraderecha empresarial, informan del asedio de fuerzas de seguridad boliviana a la embajada de México en Bolivia, pero no la condenan, como lo harían si ese hostigamiento fuera de parte del gobierno venezolano de Nicolás Maduro. Entonces armaría un escándalo y exigirían la intervención militar de Estados Unidos.
Hay periodistas que han reprobado inclusive que el canciller Marcelo Ebrard denomine gobierno de facto al que depuso mediante un golpe de estado a Evo Morales. El secretario de Relaciones Exteriores les contestó en forma contundente: es de facto porque no fue electo. El electo fue Evo Morales. Le faltó agregar que la autoproclamada presidenta, Jeanine Áñez no figuraba en la línea sucesoria y, por si fuera poco, la renuncia de Morales no ha sido aprobada por la mayoría legislativa calificada, por lo que además de ser gobernante de facto, Áñez es golpista.