MEDIOS INFORMATIVOS Y SU PAPEL EN EL PRIMER
AÑO DE GOBIERNO DE AMLO: BAJARON INGRESOS
MAXIMILIANO CASTILLO R.
No es que los medios informativos de cobertura nacional hayan cambiado de la noche a la mañana su política informativa y analítica frente a Andrés Manuel López Obrador; al contrario, la iniciaron desde hace 14 años, cuando lo identificaron, ubicaron y lo trataron, no como un peligro para México, como lo difundieron, sino como una amenaza para sus intereses económicos.
Lo que pasa es que ahora, como gobernante, ejerce el poder, toma decisiones y da oportunidad a la crítica de los medios informativos, fundadas o infundadas o expresadas sobre actos inventados o distorsionados deliberadamente para afectar la imagen del mandatario, cuya administración les redujo en miles de millones de pesos al año los ingresos que recibían de la presidencia de la República.
En este primer año de gobierno los medios informativos y los periodistas a su servicio disfrutaron de libertad para criticar, cuestionar y reprobar el desempeño del gobierno de López Obrador, con bases o mediante calumnias, como no la tuvieron las generaciones de informadores y analistas profesionales de los últimos 116 años.
Como en este espacio lo hemos sostenido desde antes de que el jefe de la nación aludiera a esa situación, antes de este primer año de gobierno, sólo durante el breve período del gobierno de don Francisco I. Madero los periodistas gozaron de absoluta libertad de expresión, que utilizaron para sostener ataques permanentes contra el apóstol de la democracia.
Fue esa situación, precisamente, la que desesperó, molestó e irritó a Gustavo Madero, hermano del presidente, quien recriminó a los medios con aquella frase de “muerden la mano de quien les quitó el bozal”, que tanto evuelo generó hace unas semanas cuando la recordó el presidente López Obrador en una conferencia mañanera.
Ahora igualmente los periodistas tienen libertad de criticar los abusos, limitaciones, omisiones, ineficacia e ineficiencia en el ejercicio del gobierno federal, sin riesgos de sufrir represalias del poder público, como lo estamos presenciando. El peligro lo representan más bien los fuertes intereses económicos que tenían con los regimenes del PAN y el PRI.
Mientras los cuestionamientos fundados o infundados de sus periodistas, columnistas y conductores de noticieros electrónicos al presidente López Obrador sirvan para convencerlo de que debe restaurar los vínculos comerciales con las empresas mediáticas, los mantendrán y hasta estimularán su creencia de que de verdad son el cuarto poder.
No obstante, si más delante consideran que los críticos dificultan los esfuerzos de acercamiento con el poder público, no se tentarán el corazón para cancelar o no renovarles sus contratos, como de hecho ya ocurrido en varios casos, porque a las compañías dueñas de medios informativos, como parte de grandes conglomerados empresariales, les importan sus intereses, no la libertad de expresión.
De todos modos, por lo pronto se está disfrutando de la mayor liberad de expresión de los últimos 116 años.