
*Votación secreta, no por reforma; sí, por acuerdo. *Desacatan acuerdo de sesión abierta.
De la redacción
En su primera conferencia de prensa, después de haber ganado la elección de presidente del Tribunal Superior de Justicia (TSJ) estatal y del Consejo de la Judicatura, Ricardo Alfredo Sodi Cuellar defendió su ocupación por casi 10 años de dos plazas de tiempo completo, lo cual prohíbe expresamente la Ley Orgánica del Poder Judicial mexiquense.
En su encuentro con un grupo de nada complacientes periodistas, no negó haber tenido las dos plazas de tiempo completo simultáneamente: director de la Facultad de Derecho de un campus de la Universidad Anáhuac y magistrado del TSJ, pero sostuvo que “no eran tareas incompatibles”. Negó también ser legionario de Cristo, haber defendido a Sandra Ávila y a un maestro violador de un menor. Se dijo abogado exitoso.
No obstante, el artículo 22 de la citada legislación particular del TSJ establece claramente, no sólo la prohibición a jueces y magistrados de tener otro cargo u empleo, sino que define como responsabilidad desacatar ese veto.
Dirigir una Facultad de Derecho en una universidad privada es un trabajo de tiempo completo, que no permite desempeñar otra tarea igualmente de tiempo completo, como lo es la alta responsabilidad de un magistrado. Ni una, ni otra pueden ser de medio tiempo.
“No debió ser magistrado sin renunciar a su puesto directivo en la Universidad Anáhuac y, consecuentemente, menos podía aspirar a dirigir al Tribunal Superior de Justicia. Es grave lo ocurrido, porque Sodi Cuellar encabezará al Poder Judicial, responsable de impartir y administrar justicia y vigilar la vigencia de la legalidad en el Estado”, comentó a “El Espectador”, un dirigente de abogados postulantes mexiquense.
El profesional del derecho calificó de increíble la ocupación simultánea de dos plazas de tiempo completo por parte del nuevo presidente del Poder Judicial y del Consejo de la Judicatura, y culpó de ello al ahora ex presidente de la institución, Sergio Medina Peñaloza, porque como cabeza del Consejo de la Judicatura consintió la violación al artículo 22 de la Ley Orgánica del TSJ, cuando su obligación era evitarla y castigarla. “Resulta imposible creer que no estaba al tanto, ni se enteró en una década, si todos sabíamos”, comentó en privado un magistrado quien solicitó reservar su identidad por miedo a represalias.
“Nunca debió permitir la doble plaza de quien al final se convirtió en su sucesor, y que llegó al Poder Judicial del Estado en 2010, sin tener carrera judicial, impulsado por el entonces gobernador Enrique Peña Nieto, cuando Sodi Cuellar tenía ya un puesto de tiempo completo en la iniciativa privada. Y lo conservó 10 años más”, abundó por su parte el jurista.
“La Ley Orgánica permite a jueces y magistrados las tareas docentes, en asociaciones científicas, culturales y cargos honoríficos, pero no dirigir una Facultad de Derecho, que es de tiempo completo”, comentó sobre el mismo tema otro profesional del derecho.
Sodi Cuellar aclaró a los periodistas que la elección por voto secreto fue un acuerdo de los magistrados, no por mandato de una reforma aprobada por el Poder Legislativo. De la misma forma defendió los altos sueldos de los magistrados, superiores al del gobernador. Dijo que además no se pueden modificar.
La elección se hizo a puerta cerrada, en desacato al acuerdo aprobado por los magistrados de que fuera pública y con la asistencia de periodistas. Sodi Cuellar ganó con 33 votos de 47 posibles. Elizabeth Rodríguez Cañedo obtuvo 7, más uno que le anularon porque su segundo apellido apareció como Castañares; José Luís Maya Mendoza, 3 votos. Elizabeth Rodríguez Colín y Vicente Guadarrama García, uno cada quién. Sorprendió el caso de éste último, porque figuraba entre los favoritos para ganar