COORDENADAS POLÍTICAS
MACARIO LOZANO R.
LOS MÁXIMOS JEFES DEL NARCOTRÁFICO DE MÉXICO
SON Y ESTÁN EN USA: SE INFIERE DEL LIBRO DE ANABEL
La valiente reportera Anabel Hernández hizo graves acusaciones a las agencias antidrogas, de espionaje, contraespionaje e inteligencia de los Estados Unidos. En especial ofreció en su último libro “El Traidor” declaraciones de mandos del “Cartel de Sinaloa”, recluidos en el vecino país, sumamente comprometedoras para la DEA, FBI y CIA, pilares de la seguridad interna y del espionaje estadounidense en el mundo.
El gobierno de Estados Unidos ha guardado absoluto silencio sobre el contenido del libro relacionado con sus agencias, prueba de que lo asentado por la periodista mexicana es verídico o tiene una alta dosis de verdad; sobre todo, porque lo narrado en su obra corresponde a declaraciones ministeriales y judiciales de quienes desde el campo de la delincuencia organizada se encargaban de pagarle protección a cuerpos de seguridad nacionales, estatales y municipales de México y a los agentes de la temible DEA.
En los tiempos de Felipe Calderón Hinojosa y Enrique Peña Nieto los agentes de esa agencia antidrogas dirigían la lucha contra narcotraficantes y participaron directamente en la detención de algunos de ellos, como fue el caso del “Chapo Guzmán”, según se dijo durante las audiencias del juicio de éste, en un tribunal de Nueva York.
En ese mismo voluminoso expediente se juzgará a Genaro García Luna, quien fuera poderosísimo y temible secretario de Seguridad Pública de Felipe Calderón Hinojosa, pero no queremos hablar aquí sobre su presunta protección a Guzmán Loera y de haber sido brazo armado en la lucha de éste contra sus enemigos, sino sobre lo que la información del libro “El Traidor” denota y connota.
La DEA está infestada de agentes y jefes corruptos, quienes participan incluso en actividades criminales al lado de bandas de la delincuencia organizada, como parte de su trabajo sucio, pero los casos revelados por Anabel Hernández fortalecen la hipótesis de los estudiosos del tema sobre la nacionalidad y residencia de los verdaderos jefes del narcotráfico mundial: Estados Unidos y su sistema financiero.
En forma particular confirma que el precio de la cocaína en las selvas colombianas es reducido en comparación con el valor que alcanzan en Chicago o Nueva York. La comparación es con precios de 2008, pero la proporción es la misma. Tres mil dólares el kilogramo en el país sudamericano; 35 mil dólares en la llamada “urbe de hierro”; es decir, los narcotraficantes colombianos obtienen apenas poco más del 8 por ciento de lo que perciben sus pares estadounidenses. Además, estos pueden mezclar la droga.
Aun comparados los precios con México: 13 mil dólares los mil gramos, la ganancia para los estadounidenses es 65 por ciento sobre la de los mexicanos, y no corren riesgos.
En estas condiciones y dada la protección de la DEA al narcotráfico en México, y la circunstancias de que esa agencia responde solamente a intereses de su país, no es difícil inferir quienes son de verdad los jefes de esa actividad a escala mundial. Por la misma razón, los gobiernos latinoamericanos se hacen de la vista gorda y obtienen una parte de las ganancias ilícitas de sus connacionales, quienes son socios menores en el negocio criminal. Por eso la DEA protege sus actividades, no por simpatía con los narcos.
Esto no lo dice Anabel Hernández, pero no es difícil llegar a esa conclusión después de leer sus revelaciones, no desmentidas por el gobierno estadounidense.