La liberación del dirigente de colonos, Humbertus Pérez Espinosa representó un severo golpe para el exgobernador Eruviel Ávila Villegas y para el anterior presidente del Poder Judicial, Sergio Medina Peñaloza. El luchador social acusó al primero de ordenarle al segundo encarcelarlo, después de que había denunciado los fraudes de las comercializadoras de viviendas.
Fue el primero en denunciar que las casas que vendían estaban mal construidas, que las inmobiliarias no cumplieron la ley y no construyeron áreas verdes ni infraestructura de servicios.
Lo peor, denunció que las viviendas fueron vendidas con un sobreprecio de 40 por ciento sobre su valor real. Es decir, una casa de 500 mil valía en realidad 300 mil; las de un millón, 600 mil; pero esos 200 mil y 400 mil fueron financiados con altos intereses y a 30 años, en un robo descarado.
La consignación fue tan deficiente que sólo por falta de sentido común el ministerio público pudo hacer la consignación y un juez dictar orden de aprehensión y encarcelar a Pérez Espinosa. Lo acusaron de que en forma violenta se metió a la casa de un vecino y se robó una pantalla: luego se metió a otra, igualmente con violencia y se robó otra pantalla.
El líder de colonos es respetado y apoyado por sus representantes; es hombre de paz, y no un vulgar ratero, como lo presentaron. Aun así lo mantuvieron preso más de 4 años. Ahora está libre, pero los dos altos servidores públicos mencionados quedaron muy mal parados.
