
*La subcontratación o tercerización del personal mediante “outsourcing”, el medio.
GABRIEL L. VILLALTA
(Segunda parte)
Sólo por el no pago del reparto de utilidades, los bancos escamotearán este año más de 16 mil millones de pesos a sus empleados. Ya no están obligados a repartirlas porque no son propiamente sus trabajadores, sino de las llamadas “outsourcing”.
A diferencia de una generación antes, ahora el personal al servicio de los bancos es de empresas distintas, por lo cual no tiene derecho a participar en el reparto del 10 por ciento de las utilidades totales de sus patrones, según opiniones de especialistas en derecho laboral, consultados por “El Espectador”.
En entrevista con este semanario, Jorge Díaz Galindo, miembro de la dirigencia estatal de la CTM, reveló que hay bancos en los cuales sólo el uno por ciento de los empleados es propio, y el 99 por ciento es subcontratado con el sistema “outsourcing” y por lo mismo no puede reclamar utilidades.
Al cierre de diciembre del 2019 los banqueros se quejaron de que sus utilidades perdieron el ritmo ascendente observadas en los últimos años, como consecuencia del estancamiento general de la economía del país.
No obstante, la Comisión Nacional Bancaria y de Valores (CNBV) informó que en 2019 las ganancias en cuestión se incrementaron en 6 mil millones de pesos (comparadas con 2018), aunque para los bancos “apenas” hayan sido 6 mil millones de pesos más.
Las utilidades obtenidas por los bancos en 2019 alcanzaron los 163 mil 300 millones de pesos, de los cuales deben o deberían repartir el 10 por ciento; es decir, más de 16 mil millones de pesos a más tardar el 30 de mayo, pero esa masa de dinero no beneficiará a la mayoría de sus empleados porque legalmente pertenecen a otras empresas, no a las compañías bancarias, aunque estén permanentemente a su servicio.
El reparto de utilidades, según la Ley Federal del Trabajo, se divide en dos partes. El 50 por ciento se distribuye parejo a todos los trabajadores, de acuerdo con los días laborados, siempre y cuando sean al menos 60 en el año.
El otro 50 por ciento se reparte según los ingresos de cada trabajador, por lo que quienes ganan más, reciben un monto mayor por estas circunstancias, y el mismo principio aplica para los empleados de confianza.
EMPLEADOS NI SIQUIERA PUEDEN OBJETAR
La legislación laboral otorga derechos a los trabajadores a objetar la declaración anual de las empresas si consideran que el monto de las utilidades declaradas a la Secretaría de Hacienda y Crédito Público (SHCP) no corresponde a la realidad y fueron mayores.
No obstante, en el caso del personal bancario, al no tener o haber perdido la condición de trabajadores directos de los bancos, esta garantía quedó nulificada, en esa depredación de los derechos laborales perpetrada durante el período neoliberal.