PADECE MÉXICO EL PEOR PERIODISMO DESDE LAS
GUERRAS “FRÍA” Y “SUCIA”: MIENTE Y EXAGERA
MAXIMILIANO CASTILLO R.
México padece en estos momentos el peor periodismo desde las épocas de las guerras “Sucia” y “Fría”; sobre todo, en el genero de opinión de los medios impresos, electrónicos y plataformas digitales de cobertura nacional Y no es por deficiencias de sus comunistas, articulistas y editorialistas, sino porque a las grandes empresas, parte de grandes conglomerados económicos, no les interesa hacer periodismo, sino luchar para la restauración de sus privilegios.
Nuestros grandes maestros universitarios, con quienes afortunadamente un grupo de compañeros mantenemos contacto y nos reunimos en cafés, bares y restaurantes de la capital del país para convivir y comentar los acontecimientos de nuestros días en México y el mundo, sostienen que inclusive la posición de los diarios, noticieros de radio, televisión y digitales de la derecha es más agresiva y calumniosa ahora que la adoptada como política informativa y analítica en los tiempos (no vividos por el grupo de compañeros) de la Revolución Cubana y las guerrillas rurales y urbanas mexicanas de los últimos 35 años del siglo pasado.
Los académicos, dos de ellos, jubilados de la UNAM, consideraron un error atribuirle a los conductores de noticieros de radio y televisión y columnistas de diarios la iniciativa de abandonar el periodismo y dedicarse a combatir al gobierno del presidente Andrés Manuel López Obrador, por haberles quitado contratos de cientos de millones de pesos.
Proceden como opositores, porque así lo deciden las empresas a que sirven, como igualmente pudieron cobrar tanto dinero a la presidencia de la República hasta por conceptos de asesoría y construcción de imagen. Sin la anuencia de sus patrones no hubieran podido convertirse en multimillonarios: lo consiguieron porque constituían tornillos o tuercas del potentísimo motor de la corrupción en la que participaban y se beneficiaban enormemente sus empleadores.
Sostuvo uno de los brillantes académicos que la diferencia entre la actual gran prensa de cobertura nacional y la de los últimos 40 años del siglo pasado consiste en que entonces actuaba por consignas del poder público y siguiendo al pie de la letra los dictados de la Sociedad Interamericana de Prensa (SIP), organizada y financiada por la CIA, mientras que ahora determinan sus políticas informativas y analíticas por la defensa de sus propios intereses plutocráticos.
Si cobraron ríos de dinero y en especie a los gobiernos neoliberales, especialmente en este siglo y más acentuadamente en el anterior sexenio, fue un lucro adicional, porque sus fuertes ingresos y ganancias derivados de sus vínculos con el poder público no fueron sólo por venta de publicidad, ilustró el científico social.
No recibía, sino que daban órdenes a los gobernantes, y pretendían seguir igual, por lo que fueron los más interesados en que López Obrador no llegara a la presidencia de la República. Sabían que si la ocupaba iban a terminarse el perdón de impuestos por billones de pesos; los contratos de compras, servicios y obras públicas con sobreprecios del 300 por ciento y más, ni el pago por proyectos no ejecutados o construidos con mala calidad.
El mal periodismo que hacen ahora, basado en calumnias, exageración de errores y ocultamiento de avances tiene como finalidad recuperar sus intereses oligárquicos en 2024, para lo cual necesitan que Morena y sus aliados no mantengan el poder, concluyeron.