INCAPACIDAD O AMARILLISMO DE LOS
MEDIOS EN NOTICIAS DE CORONAVIRUS
MAXIMILIANO CASTILLO R.
El coronavirus por fortuna no ha tenido, hasta ahora, en México la letalidad que en China, Italia, España o Estados Unidos. Lo han evitado las medidas apropiadas y oportunas adoptadas por las autoridades de la materia. No obstante, medios informativos (salvo honrosas excepciones) y opositores al nuevo gobierno han actuado sin ética, con el fin de atacar al gobierno.
Ni en la pandemia han querido informar con objetividad. Ignoran o minimizan la información oficial basada en la ciencia, e inventan y difunden ocurrencias, según una revisión de “El Espectador” a la forma de difundir información sobre el tema desde su aparición hasta la fecha.
Más de dos meses después de que las autoridades del sector salud dieron a conocer el origen, la evolución y el grado de letalidad del nuevo virus, y anticiparon que sería imposible evitar su ingreso al país, dado el intercambio de personas en el mundo; y a pesar de las ruedas de prensa diarias, y algunos días, hasta dos, siguen desinformando.
Los medios informativos de cobertura nacional han sido tan deficientes en sus notas, que cuando se presentó el primer caso comprobado de coronavirus, ya bautizado desde entonces como Covid-19, generaron mucha preocupación en un alto porcentaje de la población y conductores de noticias y columnistas hablan como si superan más del tema que los epidemiólogos, neumólogos e infectólogos. Hay “amarillismo” y dolo.
El impacto de la información en los medios sobre los casos comprobados del virus y centenas de sospechosos fue la voz de alarma para ocasionar la pérdida de la tranquilidad de muchas familias, prueba evidente de que medios televisivos, radiofónicos, diarios impresos y portales digitales informan deficientemente.
En conferencias, las autoridades de la materia insisten en que el coronavirus tiene una baja letalidad y si bien no hay medicamentos, esto ocurre con casi todas las enfermedades de las vías respiratorias. Y difunde con profusión las medidas preventivas individuales, además de las colectivas que todos conocemos.
Ante esto, los medios informativos comenzaron a hablar de la insuficiente disponibilidad de camas de hospitales, de médicos, para de esta forma ocasionar alarma en la población, como si se tratara de una nueva enfermedad fulminante, que más se tarda en adquirirla que morir. Y ni por equivocación critican a quienes destruyeron con la corrupción el sistema nacional de salud y los de los estados.
De acuerdo con la Secretaría de Salud, el virus, como muchas enfermedades que no tienen consecuencias fatales en personas saludables, puede afectar más a quienes padecen enfermedades crónicas degenerativas, cuyos organismos están frágiles por diabetes, hipertensión, cáncer, males cardiacos y en organismos de niños con desnutrición.
Es probable y deseable que el coronavirus pueda ser aislado en el mundo y en México en pocas semanas o meses, pero las mismas autoridades de salud difundieron las medidas que debe adoptar la población para evitar el contagio, aunque los medios sembraron pánico al informar sobre este padecimiento contagioso.