*Atacan los desplazados de los beneficios de la corrupción hasta el vocero de salud.
De la redacción
La cobertura informativa y analítica del grave problema de la pandemia de Covid-19, con las honrosas excepciones de la regla, está dominada por la miseria moral de quienes aprovechan la delicada situación nacional para ajustarle cuentas a quien se atrevió cancelarles la entrega de millones de pesos mensuales que les hacía la presidencia de la República.
La mezquindad llega a tanto que en lo que escriben los columnistas y los comentan los conductores de noticieros de radio y televisión se percibe su decepción porque en México el problema no haya alcanzado la gravedad que tiene en Italia, España, Francia y Estados Unidos. No les satisfacen los miles de contagiados y los cientos de fallecidos.
Hay molestia porque el virus no ocasiona todavía los estragos que quisieran. Los más obvios en este comportamiento son los conductores y comentaristas en noticieros de televisión. No pueden ocultar en sus rostros el desencanto porque las cosas no son más graves, para poder echarle la culpa de todo al presidente Andrés Manuel López Obrador.
Su rabia llega a tanto que atacan al vocero del sector salud, Hugo López-Gattel Ramírez, encargado de informar diariamente del crecimiento y realidad del coronavirus. Lo detestan porque desmiente las calumnias y noticias falsas, porque lo que les importa es generar las condiciones para frustrar la lucha contra la corrupción, con la cual tanto se beneficiaron hasta el 30 de noviembre de 2018. El coronavirus hizo surgir lo peor del periodismo mexicano.