SESGADO ANÁLISIS DE LOS PROBLEMAS DEL PAÍS: NO
SE UBICA A QUIÉNES CON CORRUPCIÓN LOS CREARON
MAXIMILIANO CASTILLO R.
El análisis crítico, casi generalizado, sobre la insuficiente infraestructura médica para atender a los enfermos de coronavirus Covid-19 es un claro ejemplo de reflexión sesgada, de mala fe, como lo es la abrumadora mayoría, contra el gobierno del presidente Andrés Manuel López Obrador. En este caso específico, hasta analistas altamente calificados, como el economista Rolando Cordera, asumen la misma posición.
No mienten, porque el problema de la falta de clínicas, hospitales, equipo, fármacos, médicos y enfermeras, es real. Lo criticable de los críticos es que presentan la situación como si hubiera comenzado el primero de diciembre de 2018 y nadie antes fuera responsable del abandono y quiebra del sistema de salud.
Para nada examinan, por ejemplo o por equivocación, el problema de las más de 300 obras de infraestructura para atender la salud que dejaron inconclusas los anteriores gobiernos, ni de los 276 centros de salud y hospitales dañados por los sismos de septiembre de 2017 y no reparados. Sumadas las instalaciones abandonadas y las no arregladas llegan a 576 sitios de atención para la salud que deberán estar sirviendo a la población en general, incluyendo ahora a los enfermos del nuevo coronavirus.
Pasar por alto esta irresponsabilidad y corrupción de anteriores autoridades es actuar de mala fe y lo es más intentar arraigar la idea de que la falta de centros de salud, clínicas y hospitales de todos los niveles, de personal médico, enfermeras y equipo es por culpa del gobierno de la cuarta transformación.
La crítica a la ineptitud, la corrupción, el abuso del poder, el abandono a la población, la opacidad, la falta de transparencia, de buenos resultados de la acción gubernamental, a las arbitrariedades, la improvisación, los errores y deficiente ejecución de los programas de trabajo es una obligación ineludible del periodismo, sin importar el partido que esté en el poder, ni la personalidad de los gobernantes.
No formularla es una traición a los lectores, televidentes, radioescuchas, seguidores de las redes sociales, pero es traición igualmente aprovechar los espacios de reflexión para mentir, difamar, engañar, inventar, desinformar y examinar a partir de hechos falsos, como está ocurriendo en estos momentos en muchos grandes medios informativos con los voceros y/o partes del grupo plutocrático dueño del dinero, acumulado por el saqueo de diversas formas al patrimonio nacional, aliados con funcionarios corruptos.
En este mismo sentido se ubican los ex secretarios de Salud, y especialmente Julio Frenk, quienes en forma tendenciosa culpan al gobierno lópezobradorista de haber debilitado al sistema nacional de salud, como si los problemas en el sector hubieran surgido el primero de diciembre de 2018 y no desde que él era autoridad en la materia.
Para ellos, no fueron la corrupción, ni las obras de infraestructuras abandonadas, con pérdidas de miles de millones de pesos; ni los centros de salud dañados por los sismos de 2017 no reparados, ni la falta de formación de médicos y enfermeras, ni los medicamentos comprados hasta con mil por ciento de sobreprecios, ni las facturas falsas o las empresas fantasmas que cobraban por bienes y servicios no entregados, las que debilitaron y casi quiebran el sistema nacional de salud: el culpable, según ellos, es AMLO.