COORDENADAS POLÍTICAS
MACARIO LOZANO R.
AMLO, CON ALTO APOYO POPULAR, PERO DESORGANIZADO,
DESARTICULADO Y SIN UN PARTIDO QUE LO CONDUZCA
Encuestas de sus adversarios políticos insisten en la pérdida de apoyo popular del presidente Andrés Manuel López Obrador, pero la mayoría de las casas encuestadores ubican ese respaldo en un porcentaje muy superior al poco más de 53 por ciento con el cual ganó el cargo en julio del 2018. Hay quienes le atribuyen un respaldo ciudadano del 49 por ciento, lo cual no parece responder a la realidad por la sencilla razón del beneficio que otorga a 25 millones de familias con los programas sociales.
Esos hogares representan el 70 por ciento de los 35 millones totales, y no se necesita de mucha inteligencia para entender que esa amplia franja de la población mexicana está satisfecha con la gestión del tabasqueño y lo apoya, a pesar de la virulenta campaña mediática destinada a enajenarle esa simpatía. Por eso, precisamente, es un presidente fuerte y con una robusta legitimidad obtenida en las urnas.
No es el tema del respaldo popular el problema para quien encabeza la cuarta transformación, sino la falta de organización y articulación de los 70 millones de mexicanos seguidores suyos, porque no están encuadrados en MORENA. No son militantes de la formación partidista fundada por el presidente López Obrador, como lo prueba la dimensión de la militancia morenista reconocida por el INE, inferior al medio millón de afiliados.
Esa organización política fue perjudicada gravemente por su anterior dirigente provisional, quien no se interesó y mucho menos ocupó en aumentar la militancia, ni de fortalecer su estructura organizativa, ni de su expansión en el territorio nacional, y mucho menos de formar nuevos cuadros y capacitar ideológicamente a los morenistas, para elevar la calidad partidista, a pesar de haber dispuesto de mucho dinero proveniente de las prerrogativas.
Dividió a los cuadros nacionales de MORENA y cometió el grave error de apoyar los cambios inconstitucionales a leyes electorales de Baja California para extender el período de Jaime Bonilla de dos a cinco años, lo que ocasionó desgaste a la imagen del mandatario. Al final la reforma en cuestión fue anulada por la Suprema Corte de Justicia de la Nación (SCJN), sin que Yeidckol Polenvsky pagara costo político alguno.
Ya en otras ocasiones hemos comentado en este espacio las fuertes sospechas de cuadros morenistas en el sentido de que la ex candidata a la gubernatura mexiquense no comulga con los principios de MORENA y que se sentía muy contenta con los regímenes neoliberales corruptos, porque le perdonaban impuestos.
Sea como sea, lo cierto es que la carencia de respaldo popular organizado y articulado y de un verdadero partido constituyen una gran debilidad del presidente López Obrador, en un momento en que se intensifican los ataques de quienes buscan reconquistar sus privilegios que tuvieron durante 36 años. El problema para el gobernante no se resolverá en poco tiempo. Y si bien sus adversarios que actúan como enemigos no tienen bases sociales, cuentan con mucho dinero para mantener su campaña de desprestigio.