
*Su influencia los protegió de denuncias de cooperativistas. *La delación de Alfredo.
De la redacción
El 30 de noviembre de 2018, con el fin del neoliberalismo, los hermanos Guillermo “Billy” y Alfredo Álvarez, directivos de la Cooperativa Cruz Azul, vieron terminado el largo período de protección e impunidad proporcionada por el gobierno federal frente a las denuncias administrativas, civiles y penales presentadas por sus socios.
Son sólo socios de la empresa propiedad de todos los trabajadores, pero en la práctica durante décadas, junto con su cuñado Víctor Garcés, la manejaron como empresa privada suya y se enriquecieron. Vivieron como magnates, con la diferencia de que éstos despilfarran su dinero, no el de otros.
Esta misma forma de entender su papel en la Cooperativa la aplicaron al equipo Cruz Azul, manejado como club de ellos. Ahora, ya sin la impunidad brindada desde el poder público, los Álvarez y su cuñado enfrentan un alto riesgo de terminar en la cárcel. Las denuncias penales, civiles y administrativas ya no serán archivadas. Serán tramitadas.
Los aficionados del club Cruz Azul no están enterados de estos problemas. Su preocupación es la de que su equipo tiene 23 años sin ganar un título, a pesar de la onerosa nómina de jugadores, la mayoría extranjeros.
Los Álvarez y Garcés tienen muchas denuncias, y la Unidad de Inteligencia Financiera les “congeló” las cuentas bancarias que manejaban. Un juzgado de amparos ordenó liberar dinero sólo para pagar la nómina, pero lo verdaderamente grave son las denuncias e investigaciones sobre “lavado de dinero”, desvío de fondos hacía cuentas bancarias en el extranjero y compras de mansiones fastosas compradas con el dinero de los cooperativistas, pero puestas a nombre de los directivos.
Ya sin la protección de los poderosos, que en 1994 lo hicieron diputado federal por el PRI, para representar a un distrito de Hidalgo, las cosas se descompusieron a quienes sólo eran socios de la Cooperativa, pero no vivieron como sus compañeros, sino como los grandes banqueros, industriales y dueños de cadenas de tiendas de autoservicio.
Tienen demandas por fraudes, por desvío de fondos, operaciones con recursos de procedencia ilícita, falsificación de documentos y hasta por amenazas de muerte. Y en los últimos días se agregó la de venta ilegal de activos de la empresa, sin tener facultades para ello y sin autorización de la asamblea general.
De acuerdo con información de los cooperativistas disidentes, Guillermo “Billy” Álvarez vendió maquinaria, equipo y todo lo necesario para producir cemento, y adicionalmente, para agravar la situación, firmó un contrato con el comprador, para alquilarle los mismos activos y pagarle gastos de administración; es decir, si no se desbarata esa operación de compra-venta, los cooperativistas pagarán una renta por bienes que eran suyos.
Otra denuncia es por la presunta desincorporación del equipo Cruz Azul de la Cooperativa, y su entrega al mismo Guillermo Álvarez y su familia. Si les prueban los cargos, no recibirán protección gubernamental para seguir impunes.