EL DIA DESPUES DE MAÑANA…La nueva normalidad.
Jairo A. Tell
Muy sereno en casa, procurando no dejarme abrumar por la andanada brutal e inmisericorde de información en todos los renglones y espacios de comunicación. El revuelo impúdico e imprudente de los opinologos rabiosos, ignorantes e irresponsables inunda las redes sociales y los espacios tradicionales de prensa, radio y televisión; no obstante, encontré el tiempo y la tranquilidad necesaria para poder reflexionar y pensar. Como todos estamos en estos días con necesidad de ocupar el inédito tiempo ocioso y de encierro, mal no viene si lo tomamos con filosofía y evitamos caer en los efectos alucinógenos de la paranoia extrema. Muchas son las voces que se erigen como autoridades en la materia para explicar el origen y el tratamiento de la pandemia que azota al mundo. De la misma manera muchos son los opinologos que ahora se sienten autoridad en materia sanitaria, nada peor que esto para confundir y desinformar a la población.
En este panorama; rabiosas y en extremo ridículas son las vociferaciones de los opinólogos de la ultraderecha, que cada vez de manera más abierta, evocan la figura del “fantasma del comunismo” como en aquel tiempo hicieron con “el populismo” para simular y preparar sus intenciones de golpe de Estado, quieren manipular a la opinión pública y adherir a los posibles despistados y despistadas a sus planes oscuros y sumamente peligrosos para el futuro del país. Buscan equiparar dos proyectos absolutamente distantes, como lo es la Cuarta Transformación y el Comunismo, no hay bases objetivas, teóricas ni históricas para el planteamiento que hacen, realmente, lo único que pretenden es lanzar una consigna disfrazada de argumento. Pedro Ferriz Hijar (hijo y aprendiz de Pedro Ferriz de Con) vaya cosa, busca, que se hable de golpe de Estado, marear la opinión, para poco a poco ir infiltrando ideas que conduzcan al consenso, al menos eso sueña, desde luego, su actos son sumamente peligrosos porque responde al deseo de los monopolios, la burguesía y los lacayos opinologos ultraconservadores que sueñan con el establecimiento de un régimen aún peor que el neoliberal, junto a los Pedro Ferriz, es necesario poner una larga lista de simuladores de la palabra como son: Denise Dresser, Jorge Castañeda, Enrique Krause, Francisco Martín Moreno, Ciro Gómez Leyva, Carlos Loret de Mola, Azucena Uresti, Joaquín López Dóriga, Yuriria Sierra, Leonardo Kourchenco y muchos más. Todos ellos y ellas, desesperados por proteger los intereses privados de los sectores explotadores saqueadores del país. La gran molestia de los empresarios y monopolios, es porque el gobierno federal no ha aceptado endeudarse y darles complacencia a todas sus solicitudes económicas, es decir, los grupos de empresarios y monopolios han pedido ayuda al Estado, sí, al Estado que tanto les molesta por las becas, apoyos y programas de asistencia social a los pobres, a los estudiantes y a la clase trabajadora, pero que si les diera a ellos otra cosa sería. Así se las gastan estos opinólogos de la ultraderecha, soñando con un golpe de Estado, con el regreso brutal y abierto del neoliberalismo mucho más voraz, con las prebendas que durante décadas recibieron para alabar al gobierno. Quieren un régimen inhumano que termine de destruir al país.
A nosotros, los trabajadores y trabajadoras, los estudiantes y los sectores populares, nos corresponde defender nuestro trabajo, nuestros derechos y fortalecer el bienestar humano alejados de los intereses ultraconservadores que amenazan a México. Su adhesión a los sectores más conservadores de México, los obliga a ponerse al servicio de la tergiversación de la realidad. Pero ¿qué viene después? En relación a la macroeconomía y otros temas, a la luz de lo que será el tiempo de la post pandemia, dejo en claro que una de las pocas certezas que podemos tener es que esto, pasará y afortunadamente seguiremos disfrutando de las artes y de la vida misma. Se me ocurrió dar formato a esta nota para propiciar la reflexión y el intercambio de ideas, una de las increíbles habilidades humanas que nos distinguen, o deberían distinguirnos, de los pseudo especialistas lectores de solapa de libros y “burros” que potencian y diseminan su “virus” con la facilidad que hoy brindan las redes sociales. Yendo al tema: Se observa una apariencia de improvisación y desconcierto que puede generar cierta incertidumbre, pues la pandemia tomo desprevenido a todo el mundo. La ciudadanía, por su parte, está contribuyendo a mitigar la propagación de la pandemia. Cumpliendo los consejos sobre el lavado de manos, quedarse en casa o mantener la distancia social, la nueva realidad sin duda. La situación es nueva y cambiante, se trata de la primera pandemia de la historia contada en directo, con sensacionalismo, muerto a muerto, todo un espectáculo mediático. Casi por inercia, los opinólogos habituales se han transformado en epidemiólogos. Las redes sociales arden en consecuencia. Estamos encerrados en casa y a la vez hiperconectados, frente a todo ese ruido, la realidad muestra a Trabajadores de la salud exhaustos y a pacientes que van falleciendo en la más estricta soledad. Es pura miopía, nuestra sociedad es egoísta y ombliguista, lo que no ocurre aquí no existe. Actualmente no hay más defensa que mantener la distancia social, quedarse en casa y lavarse las manos. Esta crisis pondrá más en valor las vacunas si se desarrolla una que resulte eficaz y segura. Si esto no ocurriera, los contrarios a las vacunas podrían reafirmarse en sus creencias y los catastrofistas habrían triunfado en sus pronósticos tendientes a abortar el pretendido estado fallido.