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Ocupación, Despojo, Venta y Reventa Ilegales: Modus Operandi de ‘La Loba’

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Con la muerte de Guadalupe Buendía terminó una forma de hacer política.
Con la muerte de Guadalupe Buendía terminó una forma de hacer política.

*Pugna interna en el PRI ocasionó una masacre y el fin del imperio de “La Loba”.

De la redacción

Antes de la llegada e implantación de “Antorcha Campesina” en Chimalhuacán no se movía una hoja de un árbol sin el consentimiento de Eulalia Guadalupe Buendía Torres, mejor conocida como “La Loba”, fallecida de Covid-19 el 24 de mayo, en un hospital privado de Toluca, donde permaneció desde l0 al 15 de ese mes.
Durante muchos años, hasta el año 2000, mediante su Organización de Pueblos y Colonias (OPC) desarrolló una carrera como promotora y beneficiaria de invasiones y ocupación a terrenos de propiedad social, su lotificación ilegal, venta, reventa, despojos y desalojos de quienes no podían pagar las mensualidades de los pedazos de tierra en zonas ejidales y carentes de servicios.
El personaje nunca ocupó un cargo de elección popular, ni siquiera aspiró a ser candidata del PRI a la alcaldía, pero decidía quien debía abanderar a su partido y llegar a gobernar el municipio, en tiempos cuando no había oposición en la demarcación del oriente del Estado de México.
Manejaba a los alcaldes y controlaba especialmente el servicio de agua potable y drenaje, de importancia estratégica en una ciudad con fuerte déficit del vital líquido y que se desbordaba sobre suelos de propiedad social.
A la OPC se debe el surgimiento de colonias irregulares y sin todos los servicios básicos en Chimalhuacán, pues la invasión y ocupación de tierras se convirtieron en mina de oro, con la protección de los gobernantes estatales en turno.
El arribo de “Antorcha Campesina” cambió las cosas. Esta organización y la OPC entraron en desacuerdo por la hegemonía al interior del PRI y por la interlocución con las autoridades estatales. La pugna siguió, pero para la elección de ayuntamiento Buendía no pudo imponer candidato, ni evitar que su partido postulara al dirigente antorchista Jesús Román Tolentino Bojórquez (ahora de nuevo y reelecto alcalde).
La mañana del 18 de agosto (en ese tiempo los trienios municipales comenzaba en esa fecha), cuando Román Bojórquez se aprestaba a asumir el cargo, gente de Buendía agredió a tiros a los antorchistas en la plaza principal de Chimalhuacán. Diez personas fueron asesinadas y 52 quedaron heridas, ello generó un escándalo a escala estatal, nacional e internacional.
El entonces gobernador Arturo Montiel Rojas no quiso proteger a “La Loba”, quien fue objeto de un persecución que terminó el 25 de ese mismo mayo, con su aprehensión y el de uno de sus hijos en un domicilio del municipio de Zinacantepec.
Fue recluida en la ahora cárcel estatal de Santiaguito, donde fue procesada y condenada a casi 500 años de prisión en el año 2002. Permaneció cubriendo su sentencia hasta el 15 de este mayo, cuando enferma de gravedad fue traslada a un hospital privado de esta capital mexiquense, donde falleció la madrugada del 24 del mismo mes.
El 18 de agosto del 2000 murieron asesinados José Guadalupe Martínez, Ricardo Calva Reyes, Faustino Pérez Medina, Carmen Carreón, Rogelio Martínez Jiménez, Armando Santana Rodríguez, Mario Hernández González, Crescencio Sánchez Damian, Federico López Caballero y Marco Antonio Sosa Balderas, el primero en ser asesinado ese día.

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