EL NECESARIO DEBATE DE LOS
PROBLEMAS Y QUE NO SE DA
NO LES CONVIENE A QUIENES SE BENEFICIARON DE
LA QUIEBRA DEL PAÍS DEBATIR SOBRE ESTE TEMA
La ultraderecha empresarial, ese reducido número de no más de 8 mil 500 empresarios dueños de la riqueza nacional, favorecidos durante 36 años por los gobiernos neoliberales con el perdón del pago de impuestos, mantienen en sus medios informativos una estridente campaña contra el gobierno que les suprimió privilegios.
Se organizan para descarrilar el proyecto de la cuarta transformación por la vía electoral, aunque un segmento de esos poderosos no descarta recurrir al golpismo para restaurar el modelo económico y el régimen político corruptos que estuvieron casi exclusivamente al servicio de sus intereses plutocráticos.
Usufructuarios del esfuerzo nacional y de los bienes públicos enajenados en su favor y concesiones diversas, la plutocracia no tiene un buen proyecto de nación para oponerlo al del presidente Andrés Manuel López Obrador. No cuentan, ni les interesa enarbolar banderas atractivas para la mayoría. Confían mucho en la capacidad persuasiva de los grandes medios informativos para lograr el respaldo a su lucha en contra del gobierno de la cuarta transformación.
A pesar de contar con el respaldo de intelectuales como Enrique Krause, no pueden ofrecer nada distinto al neoliberalismo y su manifestación más brutal: la depredación del bienestar de la mayoría, su empobrecimiento, la ofensiva desigualdad social y económica y el enriquecimiento de su segmento empresarial minoritario dentro del conjunto de la iniciativa privada nacional.
Para los empeñados en arrebatarle el próximo año la mayoría a Morena la mayoría en la Cámara de Diputados Federal, como paso previo a su pretensión estratégica: deshacerse del presidente Andrés Manuel López Obrador en marzo de 2022, cuando se efectúe la consulta sobre conservación o revocación del mandato, lo importante es omitir el debate sobre la ruina del país en que lo dejaron los anteriores gobiernos.
Su orfandad en materia de modelo de política económica es tanta que la porción más cerril de los ricos de México tiene como consignas principales las de “no queremos el comunismo en México”, “fuera el socialismo del Siglo XXI”, como si en México no rigiera el capitalismo, sino el comunismo o el socialismo.
Sus medios informativos centran sus críticas al gobierno de la cuarta transformación en las medidas y acciones, a su juicio, equivocadas y perjudiciales para el país, en una burda maniobra para restarle apoyo popular al presidente López Obrador, pero ni por error analizan el pasado y las condiciones en que el modelo económico neoliberal, que los benefició en exceso y dejó al país quebrado. Omiten el debate, pues no les conviene.
No discuten si son buenos o malos y si deben continuar o erradicarse los programas sociales como los que benefician al 70 por ciento de los hogares de las familias más pobres de México. No se atreven a mostrar su irritación por el fin de la corrupción, del perdón en pago de impuestos; y de las compras de bienes y obras públicas con sobreprecios.
Buscan que esto no se sepa, para poder manipular a la población y restarle apoyo popular al gobierno de la cuarta transformación, para restaurar el modelo neoliberal, previo alejamiento del mandatario por la vía de las urnas, cuyo primer paso deben ser las elecciones legislativas federales y las de 15 gobernadores el próximo año.