1-Son lamentables las muertes ocasionada por el sismo del martes 23, pero los daños materiales fueron reducidos en comparación con la magnitud del fenómeno natural. El problema es que los daños en algunos inmuebles se agregan a los del sismo de 2017, que no se repararon en su momento y apenas con el nuevo gobierno comenzaron a reconstruirse, como son los edificios religiosos y educativos. En el Estado de México todavía hay muchas escuelas sin reparar.
2-Las 43 empresas “factureras”, que integran el primer paquete de querellas por defraudación fiscal y “lavado de dinero”, permitieron a sus clientes evadir el pago de decenas de miles de millones de pesos de impuestos. Con multas y recargos ese monto reclamado ahora es de 55 mil millones de pesos. Y como ya hay denuncia, no pueden recibir rebajas. Su situación se complica porque el delito de “lavado de dinero” es grave y no permite enfrentar los procesos penales en libertad.
3-En realidad a la autoridades no les representará mucho trabajo probar que estas “factureras” y todas las demás que acuse más adelante, cometieron adicionalmente el delito de “delincuencia organizada”, porque actuaron con dolo, para hacer un lucrativo negocio con la evasión fiscal. Con tres personas que se pongan de acuerdo para cometer más de un delito, se configura la delincuencia organizada, y este esquema de defraudación fiscal participaban muchos y lo hacían muchas veces.