La Polarización Interesada de la Prensa y la Polarización Económica, que No Ven

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LA POLARIZACIÓN INTERESADA DE LA PRENSA
Y LA POLARIZACIÓN ECONÓMICA, QUE NO VEN
MAXIMILIANO CASTILLO R.

Desde los medios informativos electrónicos e impresos se insiste hasta el cansancio en la polarización del país, ocasionada, según sus periodistas, por el presidente Andrés Manuel López Obrador. No hay esa división de mexicanos contra mexicanos por razones políticas y partidistas.
La lucha se da entre el gobierno de la cuarta transformación y la utraderecha empresarial, usufructuaria de la descomunal corrupción padecida por el país en los 36 años de gobiernos neoliberales, pero especialmente en el sexenio de Enrique Peña Nieto. Y no son todos los empresarios. El 98 por ciento de ellos no fue beneficiado por la corrupción, sino incluso resultó afectado por la competencia desleal representada por no más de 8 mil 500 corporaciones privadas que no pagaban impuestos.
Este pequeño segmento empresarial recibía contratos para venta de bienes y servicios y para construir obras públicas para el gobierno con sobreprecios excesivos, como se demostró en el sector salud con la venta de medicinas. Estos empresarios rapaces llegaron a no pagar a la Secretaría de Hacienda y Crédito Público (SHCP) los impuestos que les descontaban a sus trabajadores.
Es esta porción del empresariado mexicano el que está polarizado, pero son pocos. Su ventaja frente al gobierno de la cuarta transformación es que son los dueños de casi todos los grandes medios informativos o los patrocinan con su publicidad, mientras el Poder Ejecutivo Federal no dispone de un solo medio informativo importante que contrarreste las calumnias y difamaciones en contra del presidente López Obrador.
Entre los mexicanos no hay polarización. No hay pleitos entre vecinos por ser unos partidarios de López Obrador o de sus adversarios. Es minoritario el grupo que se siente afectado por las políticas de la cuarta transformación. Y es lógico que así sea, porque le suprimieron privilegios. Empero no fueron engañados. Las políticas públicas fueron anunciadas por el ahora presidente desde su campaña. No prometió una cosa y hace otra, como siempre había ocurrido.
Se comprometió a cancelar el proyecto del Nuevo Aeropuerto Internacional de México (NAIM) de Texcoco y lo hizo; combatir y erradicar la corrupción, privilegiar a los grupos vulnerables en su programa general de gobierno, y eso está haciendo; propuso construir el Tren Maya y la refinería de Dos Bocas.
Nada de lo que está llevando a cabo lo inventó de última hora. Por ese modelo de desarrollo económico votaron más de 31 millones de personas. Por eso no vemos en la realidad la polarización de que hablan todos los días y a todas horas los periodistas de los grandes medios informativos.
La verdadera polarización se generó en los últimos 36 años, y es entre quienes concentran los beneficios del esfuerzo de todos los mexicanos y quienes generan la riqueza o son marginados de la misma por un modelo de desarrollo económico neoliberal que está en su naturaleza la profundización de la deshumanización de la economía, que produce pobreza y exclusión para cuatro quintos de los mexicanos. Y esa polarización real no la ven los grandes medios informativos.

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