LO DICHO, LAS RAZONES Y SINRAZONES
LIBERTAD DE MANIFESTACIÓN Y DEMOCRACIA
Grupos ridículos por reducidos, que en algunos casos no han superado el número de veinte, se han manifestado en sus vehículos en decenas de ciudades del país, para exigir la renuncia del presidente Andrés Manuel López Obrador. A pesar de su pequeño número, han recibido amplia cobertura en los medios informativos de alcance nacional.
Ejercen un derecho constitucional, porque hasta una sola persona puede presentar la misma demanda, pero es inocultable su talante antidemocrático. El sentido común y las reglas de la democracia indican que siempre manda la mayoría. En este sentido 20 ó 30 personas, no pueden, por ejemplo, en una zona metropolitana de 2.8 millones de habitantes, como lo es la del Valle de Toluca, demandar que renuncie un presidente al cual apoyaron en las urnas más de 31 millones de votantes. Es absurdo, por más que ejerzan su derecho a manifestarse.
AUSENCIA Y OMISIÓN DE SINDICATOS
Llama la atención el silencio e inactividad de los sindicatos ante los problemas de desempleo, reducción salarial y exclusión de los trabajadores del régimen de seguridad social, como consecuencia de la pandemia de Covid-19. Como si no les interesara esta situación, asumen un comportamiento caracterizado por el absoluto silencio.
Ahora que más requieren los asalariados de protección de sus organizaciones gremiales, sus dirigentes no dan señales de vida. Las agrupaciones empresariales inclusive presionan para que les den subsidios o que no les cobren impuestos sobre sus ganancias: se pasan, pues, pero hacen ruido, eso no ocurre con los dirigentes del sindicalismo mexicano, quienes si bien no pueden salir a las calles a manifestarse, podrían al menos fijar y defender sus posiciones en los medios ante los estragos del coronavirus en el mercado laboral.