*No se tenían muchos ventiladores: no se necesitaban. *Desinforman en tema equipo.
De la redacción
En la fase más intensa de la pandemia de Covid-19, que evidenció la quiebra del sistema nacional de salud, resulta pertinente reflexionar al respecto; sobre todo, sobre las condiciones de la infraestructura médica en las cuales se inició el combate al virus.
No había camas para cuidados a enfermos en estado crítico. Por eso se buscó con desesperación ventiladores o respiradores artificiales para disponer de los suficientes cuando se necesitaran. Se hizo en un mercado del ramo caracterizado por la alta demanda mundial y la oferta insuficiente, con todas consecuencias negativas en materia de precios, por la brutal ley de la oferta y la demanda.
La situación se agravó porque si el sistema de salud estaba desmantelado hasta en las cosas más elementales (el ISEM en tiempos de Eruviel Ávila tenía un abasto de medicamento del 25 por ciento), menos podía contar con suficientes ventiladores, simplemente no se esperaba pudieran necesitarse masivamente.
Zoé Robledo, el director general de Instituto Mexicano del Seguro Social (IMSS), víctima él mismo del coronavirus, informó que la búsqueda de estos respiradores artificiales fue ardua en todo el mundo, porque además de escasos, se encarecieron mucho y el compromiso de entrega era para cuando la pandemia ya habría pasado.
El funcionario reveló igualmente que había un caos en anteriores compras de ventiladores, algunos de las cuales datan de hace 40 años. Existía 24 marcas de dispositivos, y muchos carecían de consumibles y no estaban en condiciones de usarse en algo tan delicado como la medicina crítica.
Ante esta realidad, además de las compras en China, del desarrollo de prototipos que podrían fabricarse en serie, de las compras en otros países y las donaciones y renta de estos aparatos, el sistema de salud recurrió a lo que en términos de mecánica automotriz se le conoce como “canibalismo”.
Es decir, se revisaron los aparatos para verificar cuáles podían ser reparados con piezas buenas de los que no están en condiciones de rehabilitarse, y así aprovecharon todo cuanto se tenía, lo cual, según Robledo, permitió contar con 321 ventiladores adicionales.
POLITIZARON EL CASO DE PROTECCIÓN A PERSONAL
Con dolo, hubo gobernadores, como el de Aguascalientes, quien difundió información falsa sobre los equipos de protección para el personal que atiende a enfermos de Covid-19. Y recibió amplia difusión en los grandes medios informativos.
Hicieron pasar como equipo de protección para médicos y enfermeras que atienden a enfermos graves de coronavirus, batas y otros elementos de protección destinados al personal de los hospitales sin contacto con los pacientes, para arraigar la idea de que el gobierno federal es irresponsable y engaña. El mandatario no se disculpó.
Fue claro también el propósito de descalificar la calidad de los equipos de protección comprados en China, en una situación irresponsable, motivada por el afán reobtener lucro político de la pandemia.