*Odebrecht convirtió a México en su cuartel general para pagar sobornos.
De la redacción
Con mucha seguridad y confianza, cuando se descubrió la entrega de sobornos de la constructora brasileña Odebrecht a Emilio Lozoya Austin, éste rechazó en forma categórica haber recibido dinero, y demandó se investigara a fondo el caso.
Negó tener cuentas en el extranjero. Y, efectivamente, no tenía cuentas a su nombre, pero sí una de la cual era titular un prestanombres, parte de la propia empresa. Un tal Rodrigo abrió las cuentas, pero le entregó al director general de Petróleos Mexicanos (PEMEX) las contraseñas y todas las claves para retirar el dinero.
Ahora que aceptó su extradición de España, para ser juzgado en México por delitos como soborno y operación con recursos de procedencia ilícita, se difundieron declaraciones de altos directivos de la compañía, en las cuales dieron detalle de la forma como le hacían llegar a Lozoya los sobornos.
El poderoso miembro del grupo que rodeó y controló al presidente Enrique Peña Nieto actuó con inteligencia en sus actividades, pero no percibió que el descubrimiento de la corrupción de altos funcionarios de varios países, llevada a gran escala por Odebrecht lo alcanzaría y, al final, serían los propios corruptores quienes lo delatarían.
DINERO POR CONTRATOS Y SOBREPRECIOS
Directivos de la compañía internacional especificaron que los sobornos fueron fundamentalmente para obtener contratos y elevar los precios después de ganar los concursos; es decir, una maniobra muy utilizada desde hace muchos años para saquear los fondos públicos, pero especialmente en el sexenio de Enrique Peña Nieto.
Especialistas en el tema destacan que los sobornos repercuten y afectan severamente a la población, porque para recuperar cuanto pagan en “mordidas”, las empresas reducen la calidad de las obras públicas o de los bienes y servicios vendidos a los gobiernos.
Además, los sobreprecios alcanzan hasta un mil por ciento sobre los precios de mercado, como el caso de las medicinas, incluso al menudeo, lo cual se traduce en que el presupuesto alcanza para menos proyectos y beneficia a un reducido número de habitantes.
DESDE MÉXICO CORROMPÍA ODEBRECHT
En las declaraciones a autoridades ministeriales y judiciales, directivos de la compañía constructora informaron que desde México se planteaba la estrategia para corromper autoridades de varios países y desde las cuentas de la empresa “fantasma” “Blunderbuss”, creada también aquí para ese fin, salía el dinero a las cuentas de los funcionarios corruptos.