1-Tienen razón al perder el sueño políticos, periodistas, diputados de la anterior Legislatura Federal, empresarios y “coyotes” que pululaban en Pemex en el anterior gobierno. Emilio Lozoya Austin, el ex director general de esa empresa llegó ya a México, para enfrentar a la justicia. Antes de aceptar volver voluntariamente de España, entregó adelantos de las pruebas de la corrupción de Petróleos Mexicanos y de los beneficiarios de la misma.
Puede ser que esas pruebas no lleguen al detalle, como los pagos hechos por la presidencia de Peña Nieto a periodistas, pero como nadie conoce el contenido de los documentos, todos aquellos que recibieron dinero ilegítimo o, peor aún, ilícito, no durmieron anoche, ni lo harán en tanto no se conozca el contenido del testimonio del imputado.
2-No se había conocido que un mexicano acusado de corrupto y detenido en el extranjero con fines de extradición a México pidiera amparo para que el gobierno no solicite esa entrega, como ocurrió con el ex gobernador de Chihuahua, César Duarte. Otros han gastado mucho dinero en abogados para luchar porque no se conceda la extradición, que al final han perdido o se han convencido de que es mejor aceptarla, como es el caso de Emilio Lozoya Austin.
En el caso del ex mandatario de la entidad fronteriza quiere que el Poder Judicial impida al Ejecutivo presentar al gobierno estadounidense la solicitud de extradición. Si obtuviera la protección de la justicia federal sería un precedente pernicioso, porque el Poder Ejecutivo quedaría impedido de extraditar a corruptos.