DOS AÑOS DEL TRIUNFO DE AMLO Y 15 DE SAÑA
EN MEDIOS: HACE 119 AÑOS NO OCURRÍA ASÍ
MAXIMILIANO CASTILLO R.
El día primero de este mes se cumplieron dos años de la rebelión popular que llevó al triunfo del presidente Andrés Manuel López Obrador, y un año y siete meses de haber asumido el poder. Mucho se ha escrito sobre estos acontecimientos, que significaron el desplazamiento del PRI en la conducción del mando del país, quien a su vez lo había recuperado de manos del PAN. Ambos fueron convertidos en partidos minoritarios.
No se trata de hacer aquí un recuento de los logros, fracasos, limitaciones y el respaldo a 25 millones de hogares con los programas sociales, incluyendo la extensión de la pensión universal para adultos mayores a quienes ya disponen de una pensión de instituciones federales, especialmente del IMSS. No disfrutaban de este apoyo.
Deseamos examinar lo que ha sido el papel asumido por los medios informativos de cobertura nacional, no sólo en estos dos años de la victoria de Morena y sus aliados, ni al año y 7 meses de ejercicio del poder, sino en los últimos 15 años, que es un record en cuanto a ataques, en la mayoría de las veces, sin fundamentos o con invenciones, cuyo objetivo estratégico fue antes impedir conquistar la presidencia de la República, y ahora, debilitarlo y enajenarle el apoyo popular, para construir las condiciones que permitan a los partidos opositores quitarle a Morena la mayoría de la Cámara de Diputados Federal y revocarle el mandato en la primavera de 2022.
En esos afanes convirtieron al político tabasqueño en el mexicano más calumniado, con fines de desprestigio, desde 1911, cuando la prensa porfirista se ensañó con el dirigente de la Revolución Mexicana, hasta 1913, cuado fue traicionado, derrocado y asesinado por Victoriano Huerta. Triunfó la contrarrevolución de la derrotada dictadura, en lo cual influyeron mucho lo que ahora conocemos como medios informativos.
La campaña de desprestigio de la prensa de aquel tiempo, basada en mentiras, insultos, ofensas, difusión de su vida privada, aspecto físico y creencias hicieron mucho daño al apóstol de la democracia y sirvió a los objetivos de derrocar al presidente y restaurar la dictadura, con todo los privilegios para la clase porfirista, dueña igualmente de los principales diarios de esa época.
Caracterizó el papel de los medios informativos (todos impresos, porque no había Radiodifusoras, ni canales de televisión) la saña, el odio, la ausencia total de ética, pero sólo duró de noviembre de 1911 a febrero de 1913, cuando se perpetró el “cuartelazo”, al que contribuyó poderosamente ese tipo de periodismo.
Otros presidentes de la República, como Luís Echeverría Álvarez y José López Portillo, fueron igualmente atacados por los medios informativos, pero no con la virulencia de ahora contra López Obrador. Otra diferencia de ese papel de la prensa de entonces con el actual fue que esos embates fueron en los últimos años de sus respectivos sexenios y se encarnizaron cuando dejaron los cargos.
Los medios informativos también calumniaron a opositores del gobierno. Y no sólo a quienes optaron por la vía de las armas para conquistar el poder, sino también a quienes luchaban por la vía pacífica, como Demetrio Vallejo, Heberto Castillo y Cuauhtémoc Cárdenas, pero en ningún caso la campaña mediática de desprestigio contra AMLO: ha sido más virulenta y lleva ya 15 años. Lo atacaron 13 años y meses cuando era opositor y acumulan ya un año y 7 meses haciéndolo ya como presidente de la República.