El Ataque a García Harfuch, el CJNG y su Armamento
Augusto Lozano R.
Tras el ataque al jefe de la policía en Ciudad de México, fue unánime el reclamo de los mexicanos al gobierno federal para que actuara con energía, desarticulara y sometiera al “Cartel Jalisco Nueva Generación” (CJNG) y a todos los otros carteles violentos en el país. En el caso del CJNG la exigencia de acciones eficaces y oportunas ha sido más generalizada, por la soberbia con que se conduce frente al Estado Mexicano.
Ninguna organización criminal se había atrevido a actuar contra un máximo mando policial de la capital del país, como presuntamente lo hizo el CJNG. A distintos jefes del narco y por menos les han extraditado hijos y hermanos. Entre ellos, a Ismael “El Mayo” Zambada, a Vicente Carrillo Fuentes y a Dámaso López, pero por este caso solo han sido detenidos algunos mandos del grupo criminal, pero no se ha afectado su estructura ni a sus liderazgos.
Tiene razón el secretario de Seguridad Ciudadana, Alfonso Durazo, cuando afirma que ningún grupo criminal, por poderoso que se sienta, tiene capacidad para enfrentar con posibilidades de éxito al Estado México. Sin embargo, el CJNG ha presentado un armamento y equipo muy por encima del promedio de los grupos delictivos, y lo utiliza también para propaganda, como se apreció en el video circulado en redes donde se presentan varias decenas de vehículos, algunos con pesados blindajes artesanales, y sicarios uniformados como fuerzas paramilitares quienes confirman su lealtad al ‘Mencho’, líder del cartel.
Tan sólo en materia de armamento, las fuerzas federales de seguridad disponen de helicópteros artillados, tanques, tanquetas, cañones, ametralladoras de mayor potencia y letalidad que las “Barret”que usan los sicarios y millares de soldados, eso deberían entenderlo las bandas criminales, pero no parece detenerlos en sus provocaciones al estado.
Fue bueno que fracasara el operativo criminal para asesinar al secretario de Seguridad Ciudadana de la Ciudad de México del viernes 26 del pasado mes. Fue una gran movilización de sicarios, con una planeación que parece fue buena desde el punto de vista delictivo, pero por fortuna mal ejecutado y en el cual García Harfuch corrió con suerte.
El atentado fue un fracaso porque no logró su objetivo, aunque ocasionó tres muertes, incluyendo la de una joven mexiquense trabajadora y de familia humilde oriunda de Xalatlaco. El plan de fuga tampoco funcionó, porque el número de detenidos fue elevado ante la rápida y eficaz reacción de los cuerpos de seguridad y por el desconocimiento del terreno de la mayoría de los pistoleros que son de distintos estados del país. No estaban familiarizados con las calles de la lujosa colonia Lomas de Chapultepec; en otro lugar, por ejemplo Zapopán, la historia habría sido distinta.
En todo caso, el CJNG llevó a cabo un atentado nunca antes visto y que fracaso más por fortuna que por la capacidad del estado para prevenirlo con labores de inteligencia, y si bien el armamento que presume en sus vídeos no es suficiente para retar al estado, o más bien al gobierno federal, sí es más que suficiente para someter a policías municipales y autoridades locales, lo cual es un verdadero problema.
