Es deseable que los porteros del Toluca tengan buen desempeño en el próximo torneo, aunque no resulta muy lógico que el club haya designado como entrenador de los guardametas a quien fuera su segundo portero. El sentido común indica que debería entrenarlos alguien que por lo menos hubiera llegado a titular. Repiten como hace el PRI mexiquense, partido con el cual se identifican sus dueños y que tiene como dirigente a quien perdió la elección para senadora, cuando debió estar alguien con sello de triunfo, no de derrota.