*Este mes volvieron a detener a un preliberado con brazalete electrónico.
De la redacción
Las autoridades estatales responsables de la administración de los penales y las judiciales que otorgan pre-libertad de malhechores deben examinar con rigor el sistema de control de quienes salen, pero portan un brazalete (en realidad se colocan en un tobillo, no en brazos), porque deben estar recluidos en sus domicilios y no lo hacen.
No sólo abandonan sus viviendas, sino se dedican a delinquir, sin que los encargados de controlarlos detecten la violación a las condiciones de la prelibertad. Son muchos casos ya de pre-liberados recapturados en flagrancia; es decir, mientras delinquían.
En la primera quincena de este mes en Tlalnepantla fue detenido por la policía estatal un sujeto llamado Irán Isaac. Se encontraba en un vehículo con reporte de robo. Era un Kía, tipo Río, modelo 2019; es decir, del año pasado.
El robo de vehículos en el Estado de México es un delito de alta incidencia, que ubica a la entidad en el primer lugar nacional por la comisión de este ilícito, con un porcentaje superior al 30 por ciento del total de robos de vehículos del país.
En estas circunstancias, nada de extraño tenía que se detuviera a un ladrón de automóviles, pero el caso fue que el delincuente portaba en un tobillo el dispositivo electrónico que presuntamente debía informar a las autoridades cada vez que el preliberado abandonara su vivienda más allá de un perímetro determinado y permitido.
En otras ocasiones en este semanario nos hemos referido a esta falla de las autoridades que controlan a los delincuentes preliberados, porque los brazaletes, que se compran caros, no funcionan y quienes los portan como condición para estar en prisión domiciliaria, se dedican a delinquir de nuevo.
Son muchos los capturados en flagrancia, poco después de cometer delitos o en vehículos robados o en posesión de bienes robados, como pasó con Irán Isaac en Tlalnepantla, quien a pesar del brazalete seguía delinquiendo.
Estas aprehensiones se han hecho por casualidad, no porque los sistemas de control de los brazaletes hayan alertado y ubicado el sitio donde el preliberado estaba delinquiendo, lo cual indica que los casos de reincidencia de preliberados que portan dispositivo electrónico podrían ser muchos más, sin que las autoridades detecten y corrijan el problema.
