*Cobrar cheque los expone a los asaltos. *Si cobran sus familias, los despojan.
De la redacción
En las campañas electorales por la dirigencia de la organización de los jubilados y pensionados del Instituto de Seguridad Social del Estado y Municipios (ISSEMYM) el tema de las modalidades de cobros de pensiones ocupó un lugar central.
Se expuso la vulnerabilidad de los ex servidores públicos frente a la delincuencia, cuando cobran directamente en los bancos sus cheques, pues por sus condiciones de edad y precaria salud son presa fácil de asaltos.
Everardo López Pérez, dirigente de un numeroso grupo de jubilados y pensionistas, desde hace tiempo está denunciando esta situación, y particularmente habla de los problemas de los jubilados que cobran con cheque.
El ISSEMYM informó hace poco que todavía 10 mil de los más de 65 mil jubilados cobran mediante este documento, mientras el resto ya tiene posibilidades de cobrar con tarjeta en los cajeros de los bancos. Y anunció un programa para que todos los jubilados cobren en el sistema bancario.
Según sostuvieron el año pasado los candidatos a dirigir a los jubilados, éstos en cualquiera de las modalidades de cobro de sus pensiones corren riesgos, pues son asaltados por los delincuentes si cobran con cheques o en los cajeros.
Pero si lo hacen sus familiares, el peligro es diferente, aunque igual de pernicioso, con la agravante de la desconsideración de sus parientes, quienes en muchos casos les quitan una parte, muchas veces la mayor, de sus raquíticas pensiones.
Un alto porcentaje de los jubilados no sabe utilizar los cajeros automáticos, por ello recurren o son “apoyados” por algún familiar, generalmente por hijos, hijas, yernos, nueras o nietos. Y son estos tres últimos quienes de manera más común los despojan de una parte del monto, inclusive de todo el importe de sus pensiones.
López Pérez informó a este semanario que es irritante el grado de desconsideración de no pocos familiares de los jubilados; sobre todo, de quienes son muy grandes de edad y particularmente vulnerables a la falta de solidaridad y consideración de los familiares.
De esta forma, después de dejar su vida en el servicio público y de haber apoyado a sus descendientes, ahora los maltratan, los despojan y hasta los arrumban como objetos inservibles.
