COORDENADAS POLÍTICAS
MACARIO LOZANO R.
BENEFICIARÁ A MILLONES LA REFORMA A PENSIONES,
PERO SEGUIRÁ PROBLEMA DE FONDO Y LARGO PLAZO
El anuncio de cambios legales al sistema de pensiones para los trabajadores de la iniciativa privada, y especialmente la reducción de 25 a 15 años de cotización, fue una gran noticia para todos los trabajadores de 60 años y más, cuyo ingreso al mercado laboral y de cotizaciones al sistema de seguridad social comenzó en julio de 1997.
Se estima en más de 10 millones el número de los afiliados al Instituto Mexicano del Seguro Social (IMSS) que comenzaron a laborar desde de esa fecha, y un alto porcentaje de los mismos no ha trabajado continuamente, sino con períodos de empleo y desocupación. Eso no le ha permitido acumular 23 años de cotizaciones.
Esta misma circunstancia, acentuada en los últimos 20 años, impidió a muchos adultos mayores quienes el pasado mes cumplieron 23 años incorporados al privatizado sistema de pensiones acumular el mismo número de años de cotizaciones para jubilarse, aunque tengan la edad para hacerlo. Los lapsos sin trabajo formal no aportaron al Sistema de Ahorro para el Retiro (SAR), y no reúnen los 25 años de cotizaciones indispensables en la ley vigente para obtener una pensión.
Esta porción de la fuerza laboral es la que se beneficiará con la reforma, a la cual seguramente no se opondrá ninguna fuerza política partidista con presencia en la Cámara de Diputados Federal, que será la cámara de origen, como se le denomina a la que recibe una iniciativa de reforma constitucional, la aprueba y la turna a la otra del Congreso de la Unión para su ratificación.
Si tienen 60, 65 o más años de edad, no deben esperar una década para retirarse con una pensión, que además, nadie podría asegurarles que vivirían y menos disponer de un trabajo seguro para reunir en los próximos diez años las semanas de cotización para ello, indispensables de acuerdo a con las disposiciones de las actuales normas, y que serán derogadas.
No obstante, esta decisión de Estado, útil para los trabajadores, no resolverá de fondo el problema a largo plazo, porque el sistema nacional de pensiones para asalariados de la iniciativa privada seguirá manejado por particulares. Las pensiones con el equivalente al 30 por ciento del último salario del pensionado se incrementarán, pero un sacrificio fiscal del gobierno de la República, porque las aportaciones de los trabajadores serán insuficientes para superar en el corto plazo ese porcentaje de retorno, como le dicen al pago que reciben los jubilados.
La iniciativa privada aumentará su aportación al sistema de seguridad social del actual 5.15 a cerca del 14 por ciento sobre el salario de la fuerza laboral, pero lo hará en forma paulatina en un período de 8 años, lo que es positivo, pero sus efectos benéficos se expresarán a cabalidad hasta 2028. En todo caso lo importante es que se está actuando.
Como está previsto en la legislación aplicable, el gobierno federal seguirá obligado a aportar el faltante que ocasionara el escaso ahorro de los trabajadores, y que en muchos casos no permitirá recibir siquiera el salario mínimo. Las autoridades del país deberán aportar para garantizar pensiones al menos del salario mínimo, porque las Afores no estaban comprometidas para pagar a jubilados el minisalario, pues el monto estaría determinado por el monto de sus ahorros.
Fue un gran paso, pero no resolvió de fondo el problema que en el segundo semestre de 1997 le creó Ernesto Zedillo Ponce de León a los asalariados, al privatizar el sistema de pensiones.