EL ODIO DE LOS MEDIOS INFORMATIVOS A LÓPEZ
OBRADOR, JIMÉNEZ ESPRIU Y LÓPEZ-GATTEL
MAXIMILIANO CASTILLO R.
Muchas personas, acostumbradas a ver noticieros de radio y televisión, y el segmento minoritario lector de columnas en los diarios de circulación nacional, no entienden el odio y la abierta oposición de los periodistas al presidente Andrés Manuel López Obrador y a la cuarta transformación; al ex secretario de Comunicaciones y Transportes, Javier Jiménez Espriu; y al subsecretario de Prevención y Promoción de la Salud Hugo López-Gattel Ramírez.
No se explican ese comportamiento porque los verdaderos motivos de los ataques los ocultan y disfrazan con argumentos ajenos a los reales. En el fondo son tres las razones por las cuales se dan las críticas, la falta de respeto y las burlas al titular del Poder Ejecutivo Federal a su colaborador y a su ex colaborador.
El nuevo gobierno les redujo drásticamente el dinero que les entregaba a las grandes empresas mediáticas y a conocidos e influyentes periodistas. En el sexenio de Enrique Peña, sólo en la presidencia cobraron más de 60 mil millones de pesos, y un conocido conductor de noticias en una cadena de estaciones radiodifusoras y canal de televisión por cable obtenía casi 5 millones de pesos mensuales de la presidencia de la República, pero cobraba además en PEMEX, la CFE, el IMSS, el ISSTE, en el Poder Legislativo, en organismos públicos autónomos y descentralizados.
Todo eso se lo suprimieron. Por eso es de los más irritados, a pesar de que no quedó pobre, pues sigue cobrando a gobiernos estatales y hasta a algunos municipios. Y así estaban todos los que cobraban en la presidencia de la República. Sus patrones obtenían muchas veces más beneficios. Cobraban con facturas, pero también en efectivo sin documentos fiscales, además de apoyos en especie. Y no cualquier especie, sino mansiones, jet, ranchos, yates, con todo y mantenimiento y guarda en instalaciones de la Secretaría de Marina. En Acapulco la comuna les pagaba hasta el personal que cuidaba y daba mantenimiento a sus residencias. De ese tamaño eran los privilegios.
No paraba ahí el saqueo al erario: tenían empresas que vendían bienes y servicios al Poder Ejecutivo Federal con sobreprecios. Por eso odian al presidente López Obrador.
El rencor a Jiménez Espriu lo siente especialmente Olegario Vázquez Aldir, dueño de “Excelsior” e imagen noticias. Su caso es igual al de sus pares, con el agregado de que la cancelación del Nuevo Aeropuerto Internacional de México (NAIM) representó la rescisión de contratos de construcción cuyo monto global era cercano a los 30 mil millones de pesos, y culpó al exfuncionario de lo que dejó de ganar.
La malquerencia a López-Gattel Ramírez se originó en su denuncia de las enfermedades ocasionadas por los alimentos “chatarra”, los refrescos embotellados y las revelaciones de las ventas de medicinas al sector público con sobreprecios. Las industrias procesadora de alimentos y de refrescos patrocinan a los grandes medios informativos con miles de millones de pesos al año. Y se resiste a aceptar las nuevas reglas del etiquetado de su productos de alta carga calórica y bajo o nulo valor nutritivo. Consideran enemigo a López-Gattel, lo cual explica la campaña mediática en su contra. Lo de la salud es el pretexto.
