*Equipos españoles no pasaron de cuarto de final en la Champions.
De la redacción
El más estrepitoso fracaso del Barcelona frente al Bayer Múnich en Lisboa, en la Champions, donde recibió la mayor goleada de su historia en competencias de esta jerarquía, no sólo marco la pérdida de la hegemonía de España en ese torneo, sino también significó el del fin de los equipos de un solo astro.
Lionel Messi no pudo evitar la catástrofe del Barcelona, pero tampoco Cristiano Ronaldo impidió la eliminación de la Juventus frente al modesto Lyon, de Francia. Y ambos están considerados los dos mejores futbolistas del mundo, con discrepancias entre los aficionados sobre quién es el número uno.
El Bayer, en cambio, le anotó 8 goles al Barsa y le regaló un autogol al club de larga y exitosa trayectoria en el torneo de campeones de las ligas europeas. Su goleador, uno de los más eficaces del planeta, sólo logró un gol, prueba de que su equipo alemán basa su poderío y efectividad en el juego de conjunto.
El campeón de la liga alemana tiene grandes jugadores y cualquiera de ellos puede anotar, como lo experimentó en forma dolorosa y en carne propia el Barcelona, cuya estrella, Lionel Messi, nada pudo hacer frente a un bien armado conjunto rival. También el Lyon padeció ese buen juego.
La indiscutible jerarquía mundial y calidad futbolística de Messi no fue suficiente para que el Barcelona venciera al campeón alemán, que mostró la ventaja que representa ser y jugar como un verdadero equipo. La despiadada goliza hizo ver al partido como si el Bayer hubiera estado frente a un equipo juvenil. Así de desequilibrado resultó el encuentro.
La época de la hegemonía entre los mejores equipos de las ligas europeas, basada en un solo extraordinario jugador parece haber terminado.
