*Dejó de estar entre los primeros 5 estados con mayor índice de homicidios.
De la corresponsalía
Acapulco, Gro.- El estado de Guerrero mejoró mucho su situación de seguridad pública, especialmente en los delitos de alto impacto como homicidios dolosos, tema en el cual por varios años estuvo en el lastimoso primer lugar y todavía el año pasado se disputaba con Guanajuato ese nada honroso primer sitio.
La semana pasada, durante la gira del presidente Andrés Manuel López Obrador por esta entidad guerrerense y, específicamente, en la conferencia de prensa ofrecida en este balneario, el gobernador Héctor Astudillo y el secretario de la Defensa Nacional, general Luis Cresencio Sandoval González, expusieron la realidad estatal en seguridad pública.
En homicidios dolosos, de estar entre los primeros dos lugares por el alto número que registraba todavía en 2019, se pasó a la séptima posición entre las 32 entidades federativas, y ese delito, el más agraviante para víctimas, familiares y sociedad, mantiene una tendencia a la baja.
Los dos informantes atribuyeron a la coordinación de los gobiernos federal, estatal y de los municipios el mérito de los avances en la lucha contra la delincuencia, pues en Guerrero, coincidieron en destacar, se trabaja en forma conjunta en este tema y en otros más.
Sandoval González informó que también se redujo y se mantiene la tendencia a la baja en los delitos de extorsión, secuestro y narcomenudeo. Y contrariamente a lo que se piensa fuera del territorio estatal, Guerrero y particularmente Acapulco, registra los más bajos índices de robo a casa habitación y a transeúntes del país. Está entre los tres estados más seguros en estos ilícitos.
En su estancia en este puerto, el presidente López Obrador informó a los representantes de la prensa que en estos momentos el problema más grave de la producción y consumo de drogas en México lo representan las conocidas como sintéticas; es decir, las de “diseño”, que se producen en las ciudades, con sustancias tóxicas altamente dañinas para la salud.
En su elaboración en las llamadas “cocinas” se emplean raticidas, plaguicidas, sosa y otros componentes que no sólo generan adicción en poco tiempo, sino también dañan el cerebro y ocasionan la muerte, como ocurre con el fentanilo, por ello se combate su producción, venta y consumo.