
*En 2004 la prensa linchó a AMLO; no hacen lo mismo con los panistas.
De la redacción
En marzo de 2004 “Brozo”, en lo que fuera considerado en su momento un gran éxito periodístico, difundió un video en el cual aparecía René Bejarano, entonces asambleísta y líder del cuerpo legislativo en el Distrito Federal, recibiendo fajos de billetes del empresario constructor Carlos Ahumada.
Fue la voz de arranque para intensificar la campaña de desprestigio contra Andrés Manuel López Obrador, en ese tiempo jefe de Gobierno de la ahora Ciudad de México, para debilitarlo y anularlo políticamente como aspirante presidencial, claramente favorito de los electores. Lo responsabilizaron de la corrupción de Bejarano, quien había sido su secretario particular, pero ya no era subordinado suyo. Bejarano dejó el cargo y pasó 10 meses en la cárcel.
El embate despiadado contra el entonces gobernante capitalino se extendió y aprovechó el despilfarro de su secretario de Finanzas, Gustavo Ponce Méndez, quien fue filmado apostando grandes sumas de dinero en Las Vegas. Pasó 10 años encarcelado por enriquecimiento ilícito. Ambos casos fueron presentados como prueba de la corrupción de López Obrador
Más tarde el propio Ahumada, quien se sintió traicionado porque no le pagaron lo prometido por los videos, desinfló el supuesto éxito periodístico de “Brozo”: el video de Bejarano formó parte de un complot del presidente Vicente Fox Quesada, Carlos Salinas de Gortari, Diego Fernández de Cevallos, Juan Collado, Carlos Ahumada y Rosario Robles, con el apoyo de Emilio Azcárraga, dueño de Televisa.
Ahora, 16 años después, vuelve a difundirse un video con un acto de corrupción: el de Guillermo Gutiérrez Badillo, secretario particular del panista Francisco Domínguez, cuando era senador de la República y fue hasta la difusión del video su secretario privado ahora que es gobernador de Querétaro. En el material grabado aparece también Rafael Caraveo, quien en ese tiempo era secretario técnico de la comisión de administración del Senado. La presencia de éste permitió ubicar el soborno en la anterior Legislatura Federal, pero no hay fecha en el video.
Los medios informativos no se fueron ahora en contra del mandatario queretano. Se limitaron a informar del contenido del video y le dieron vuelo al rechazo de éste a que haya tenido conocimiento del soborno y al cese de su secretario privado. No lo involucraron, como lo hicieron con López Obrador en el caso Bejarano.
Gutiérrez Badillo recibió bultos de dinero de Caraveo, y en el diálogo entre ambos nada se dice del origen de éste, ni para qué, ni para quién, ni cuándo, ni quién lo entregó. Tampoco se aclara el monto exacto del dinero de presunta procedencia ilícita.
Por coincidir con videos entregado por Emilio Lozoya a la Fiscalía General de la República sobre sobornos de Petróleos Mexicanos a senadores y diputados para aprobar la reforma energética, se atribuyó este material a ese paquete, pero en las escenas no aparece ningún funcionario de esa empresa. En todo caso, ahora no hubo linchamiento mediático para los jefes de los involucrados en los sobornos como sí lo hicieron en 2004 contra López Obrador, quien no era jefe de Bejarano.