*Aliados y cuadros arribistas y oportunistas, otra debilidad: Mata Zárate.
De la redacción
Sumido en el mayor desprestigio de su historia, por la corrupción record del anterior presidente de la República, el PRI no representará riesgo electoral para MORENA el próximo año, pues hasta sus cuadros se avergüenzan de ello.
“La ineptitud, división y sobre todo el narcogobierno de Felipe Calderón Hinojosa, que estuvo al servicio del más poderoso cartel del narcotráfico, con persecución a los enemigos de esa banda delictiva, más las extorsiones de sus senadores a PEMEX y una dirigencia medianita, tienen al PAN en la lona: tampoco será competitivo”, previó Leoncio Mata Zárate, articulista de “El Espectador”.
En su colaboración para este semanario, el académico expuso a grandes rasgos las condiciones de la correlación de fuerzas interpartidistas que dominarán en las elecciones del próximo año, “pero en el caso de MORENA, el mayor riesgo en las urnas no lo representarán sus adversarios partidistas, sino la mezquindad y voracidad de poder de sus grupos internos, el oportunismo, arribismo de sus aliados y cuadros externos y los infiltrados de la ultraderecha”, adelantó.
La lucha por el poder por el poder mismo puede carcomer por dentro a MORENA, y la falta de compromiso con el Movimiento de sus aliados y políticos externos, cuya mejor prueba la dio la ambición del PT en San Lázaro, son el problema. “Y otro daño se lo harán los infiltrados”, abundó.
En todos los grandes movimientos políticos y electorales, recordó Mata Zárate, participan grupos y personas de diferentes posiciones ideológicas, atraídas por la posibilidad de desalojar del poder a un grupo gobernante corrupto, inepto, represivo. Se trata de gente de buena fe, pero igual se infiltran personajes arribistas, oportunistas y, peor aún, agentes de los intereses antipopulares desplazados, porque la encomienda es dañar.
En estas condiciones, “frustran causas justas y gobiernos, porque los infiltrados tienen como objetivo específico hacer fracasar los procesos de cambio positivo, desprestigiarlos y crear condiciones para derrotas en las urnas o hasta el derrocamiento por métodos violentos”, explicó el académico.
Finalmente, “a estos riesgos se agregarán el desgaste por el ejercicio del poder, las crisis sanitaria y de salud, y la inconformidad de quienes no sean candidatos”, concluyó el colaborador de este semanario.
