Generó Noroña una Crisis en San Lázaro, se Evitó
una Mayor para Morena: Riesgo Latente
Augusto L. Robles
El rostro desencajado de Gerardo Fernández Noroña en una conferencia de prensa ofrecida cuando supo que no sería presidente de la Cámara de Diputados Federal fue la medida exacta de sus frustradas ambiciones. En parte las desahogaría más tarde, al evitar momentáneamente la elección de la priísta Dulce María Sauri Riancho para el cargo que él sentía suyo.
De todos modos, Sauri lo consiguió 48 horas después, por lo que todo el problema generado por el petista, antes perredista y morenista sólo sirvió para desprestigiar más a la política, los políticos y -específicamente- a los diputados.
Desde los días previos a la sesión preparatoria para la apertura del primer período de sesiones de tercer año de ejercicio de ese cuerpo colegiado, Fernández Noroña y la bancada legislativa del Partido del Trabajo maniobraron para incorporar diputados a su grupo, con el fin de superar en número al PRI y así reclamar para uno de los suyos la presidencia de la directiva.
El error del antiguo miembro de la dirigencia estatal del PRD fue que reclutó a dos legisladores enemigos de la cuarta transformación, con fama de corruptos y represivos, quienes como cuadros del PRD en la Ciudad de México ejercieron violencia contra MORENA y, especialmente, contra Claudia Sheinbaun cuando era candidata al cargo que ahora ostenta.
La otra grave falla de Fernández Noroña y el PT fue que, en su afán de lograr un mayor número de diputados que el PRI, reclutó a un legislador de MORENA, con lo cual éste partido perdió por unas horas la mayoría absoluta de la Cámara, y con ello el derecho a presidir la Junta de Coordinación Política (JUCOPO), en lo que hubiera sido una descomunal derrota política e institucional, en beneficio del PAN. Todo eso habría ocasionado el petista.
Además, el desplazamiento de MORENA de la principal posición de la Cámara de Diputados Federal hubiera sido inútil de todos modos, porque en eso de maniobrar el PT no podía ganarle al tricolor. Antes de iniciarse la sesión éste contaba con 50 diputados, contra 46 del petismo.
Ambos partidos incurrieron en una vulgar maniobra, pero del PRI nada sorprende. Sí de un aliado de MORENA, que insiste siempre que no es igual a los otros partidos.
Superado el capítulo, queda el riesgo de que maniobras políticas oscuras puedan complicar el proyecto de la 4T en San Lázaro, y no a manos de sus declarados opositores, sino de los supuestos aliados de la misma.
Rabillo del ojo:
No sorprende que Noroña haya recurrido a lo peor de la política para buscar manchar la imagen de la izquierda y obtener un logro personal de paso; sorprende, sí, que en el PT lo hayan permitido, como si hubiera secuestrado al partido y éste estuviera a su completa voluntad. Por si fuera poco, también convenció a cuadros de Morena, supuestos incondicionales de AMLO, pero que -ya se vio- no tienen brújula moral.