COORDENADAS POLÍTICAS
MACARIO LOZANO R.
PARTIDOS, SUS CONVENIENCIAS Y LAS NECESIDADES
SOCIALES, CUYA SOLUCIÓN EXIGE BUENOS ALCALDES
Dentro de nueve meses ya tendremos alcaldes electos o reelectos. También tendremos diputados locales y federales electos o reelectos, pero su caso es distinto en cuanto a que no se encargan directamente de resolver los problemas de obras y servicios públicos de la población.
En estas condiciones, las elecciones de ayuntamientos tienen una importancia estratégica para el futuro de los municipios, para la prestación de esos servicios y para las condiciones de bienestar general de los mexiquenses asentados en las 125 demarcaciones de esta jerarquía; es decir, en todo el territorio mexiquense.
Son tan importantes las autoridades municipales que no es irresponsable sostener que si el gobernador Alfredo del Mazo figura en los últimos lugares de la lista de los mejores mandatarios estatales, eso en mucho se explica -además de sus propias limitaciones- por los malos gobiernos municipales, una situación no nueva, sino de siempre.
Poco se reflexiona sobre esto, pero así como los resultados generales de la gestión de un presidente de la República están determinados, además de los esfuerzos y aciertos o limitaciones propias, por el desempeño de los gobernadores, así también en las cuentas de éstos están incluidas las de las comunas; es decir, los buenos o malos resultados de las autoridades municipales se reflejan en los generales ofrecidos por los gobernadores, además de los aciertos o fallas de los mandatarios estatales.
De ahí la necesidad de elegir a los mejores candidatos para alcaldes, o en el peor de los casos, los menos malos. Lo que no debemos es equivocarnos, y en este tema los partidos políticos son decisivos, porque si todos presentan a sus cuadros más valiosos, capaces, honestos, dispuestos a trabajar en beneficio de los gobernados; es decir, con vocación de servicio, gane quien gane el verdadero triunfador será el pueblo.
Esto que parece de sentido común en la práctica no es sencillo, porque con más frecuencia de la deseable, los partidos privilegian sus intereses por enciman de los generales de la comunidad. Por eso postulan a quienes les garantizan más el triunfo que a quienes serían buenos gobernantes municipales. Optan por sus conveniencias en lugar de las de la sociedad. Y si todas las formaciones políticas utilizan e mismo criterio, al final gane quien gane, tendremos malos alcaldes, y las necesidades colectivas no se resolverán.