La Comisión Económica para América Latina y el Caribe (Cepal) propuso a los países de la región proveer a sus ciudadanos más pobres de una canasta básica de tecnologías de la información y las comunicaciones para garantizar la conectividad y reducir la brecha digital.
Esta canasta constaría de un computador portátil, un teléfono inteligente, una tableta y un plan de Internet para los hogares no conectados. Esto tendría un costo anual inferior al 1.0% del Producto Interno Bruto (PIB) de la región.
Alicia Bárcena, secretaria ejecutiva de la Cepal, afirmó que “las tecnologías digitales han sido esenciales para el funcionamiento de la economía y la sociedad durante la pandemia” y lo seguirán siendo en la denominada nueva realidad.
Durante el primer semestre del año, el teletrabajo aumentó un 324.0% y la educación a distancia más del 60.0%. Pero el acceso a la tecnología no es parejo. “Las brechas de acceso condicionan el derecho a la salud, la educación y el trabajo, al tiempo que pueden aumentar las desigualdades socioeconómicas”.