CUMPLEN MEDIOS INFORMATIVOS PAPEL OPOSITOR
FRENTE A AMLO, EN DEFENSA DE LA PLUTOCRACIA
MAXIMILIANO CASTILLO R.
Uno de mis mejores maestros me narró que cuando Luís Echeverría Álvarez expropió las tierras del Valle del Yaqui y después de la expropiación bancaria por parte de José López Portillo los grandes medios informativos de circulación nacional sostuvieron campañas de desprestigio contra ambos, financiadas por las cúpulas de la gran clase empresarial, solidaria con sus miembros afectados por esas decisiones presidenciales.
Desde entonces ningún mandatario había sido objeto de campañas basadas en calumnias, medias verdades y mentiras completas, hasta ahora con el presidente Andrés Manuel López Obrador, quien antes de ganar el cargo había sido víctima de 13 años de ataques en los medios informativos y objeto de un desafuero de las fuerzas de derecha, para impedir su triunfo en 2006 y 2012.
De lo primero no tenía conocimiento directo, porque no había nacido, pero de lo segundo sí, lo presencié, incluso recuerdo los despiadados juicios en los medios informativos contra el ahora jefe de la nación en sus tiempos de opositor y luchador social en Tabasco.
No obstante, ni Echeverría Álvarez, ni López Portillo padecieron una prensa opositora, como la que, con excepciones, actúa ahora en contra el gobierno, pero más contra su proyecto de nación, libre del cáncer de la corrupción y en beneficio de la mayoría empobrecida por los gobiernos neoliberales.
Los grandes medios informativos de ahora no son lo que fueron antes, cuando pertenecían a empresas netamente periodísticas, que eran beneficiadas como tales por los gobiernos, para tenerlas de su lado. Ahora sus dueños lo son de corporaciones empresariales, dentro de las cuales las encargadas directamente de los diarios, televisoras y radiodifusoras eran las que menos ganancias económicas reportaban, pero que hasta noviembre de 2018 fueron estratégicas para el tráfico de influencia y el florecimiento de sus otros grandes negocios.
Con sus medios informativos a partir del año 2000, lograron someter y poner a los presidentes de la República al servicio de sus intereses económicos, como corporaciones empresariales, no como empresas de medios informativos. Se volvieron arrogantes, soberbias, al igual que sus periodistas famosos. Pero todo eso se acabó. Y lo habían previsto, por eso combatieron a López Obrador.
Ahora hacen oposición porque intentan restaurar el viejo régimen de corrupción, que los enriqueció hasta el insulto. Y para ello en su momento utilizarán a los partidos opositores y a los candidatos independientes, porque no pueden participar en elecciones.