
*Acapara atención mundial, como nunca, la elección presidencial de USA.
De la redacción
Resultó decepcionante el primer debate de los candidatos presidenciales de Estados Unidos: ni Donald Trump, del Partido Republicano y empeñado en la reelección, ni Joe Biden, del Partido Demócrata, mostraron talla de estadistas como los necesitados por su país y el mundo globalizado.
No dejaron clara su visión del mundo, ni de las políticas interna y externa, tampoco de la economía mundial o la paz. Trump se expuso como un hombre ignorante, soberbio, arrogante, autocomplaciente, grosero e irrespetuoso con el turno a la voz de su adversario, mientras Biden no evidenció la brillantez que sus seguidores le atribuyen. E propio moderador, Chris Wallace se vio mal.
Con todo, por la condición de primera potencia económica y militar mundial de Estados Unidos, y por el aislamiento internacional en que Donald Trump lo tiene; la desastrosa política exterior y el peso en la economía del planeta, confieren a la elección presidencial de ese país interés mundial como nunca.
Dentro de un mes sabremos ya si el mandatario se reelige o se prepara ya para dejar el poder en manos del demócrata Joe Biden el 20 de enero del próximo año. Las encuestas le dan ventaja a éste, de entre 7 y 10 puntos sobre Trump, pero el sistema electoral estadounidense es distinto al nuestro, pues el voto popular no determina al ganador, sino los votos de los estados en el Colegio Electoral, por lo que no es fácil entender la democracia del vecino país.
Y esas demarcaciones no tienen el mismo número de votos, lo cual explica su triunfo de hace 4 años, a pesar de obtener menos votos que la candidata del Partido Demócrata, Hillary Clinton. Entonces no lo conocían bien los estadounidenses y ahora sí. Muchas malas y costosas decisiones de política exterior y comercio internacional, adoptadas por Trump ocasionaron el distanciamiento de aliados; sobre todo, de la Unión Europea y la OTAN, y su guerra comercial con China ocasionaba estragos en la economía mundial desde antes de la pandemia, y ésta agravó los problemas.
El mal manejo de la emergencia sanitaria, comenzando por negarla y atribuirla a un invento y maniobra de sus adversarios para perjudicarlo están pesando mucho en el ánimo de los electores. Por eso los sondeos sobre preferencias electorales lo ubican en una situación desventajosa para la jornada de votación del 3 de noviembre, lo cual se agrava con las movilizaciones antirracistas, la propuesta de una aultraconservadora para la Corte, su política interna hostil a las minorías y la discriminación a los latinos, que agrada a los grupos xenófobos y racistas, también perjudican las posibilidades de triunfo del mandatario, más su propensión a evadir impuestos.
América Latina padece la injerencia de Trump. Apoya a gobiernos antipopulares y buscan deshacerse de los que mantienen una posición independiente frente a Estados Unidos, como el de Venezuela, a los que amenaza con una invasión militar abierta para derrocar a Nicolás Maduro. Están sus confrontaciones verbales con gobiernos de Asia, y su injerencia en Medio Oriente en apoyo al expansionismo de Israel.
TRUMP SE ENFERMA DE COVID-19 Y SE CURA TRES DÍAS DESPUÉS
Cuando aún los medios internacionales analizaban el debate, la atención mundial se centró en el anunció de que Donald Trump dio positivo a Covid-19. El asunto acaparó las noticias en Estados Unidos, dejando de lado el debate presidencial. Actores mundiales como el propio presidente mexicano Andrés Manuel López Obrador se pronunciaron al respecto y desearon la pronta recuperación de Trump.
Y solo unos días después de haber ingresado a un hospital militar de primera línea, el mandatario norteamericano regresó a la Casa Blanca tras ser dado de alta. Pese a las reservas de los médicos, Trump se declaró curado de la enfermedad e invitó al pueblo norteamericano a ‘no temerle al virus’, a la vez que indicó se debe asimilar al virus como parte ya de la vida, al igual que la influenza, comentarios que desataron críticas por parte de los expertos de salud en aquella nación.