A 24 años de que Ernesto Zedillo decretara el cambio de horario, que debe hacerse para mañana, la mayoría de los mexicanos no le encuentra utilidad a esa medida, aunque en su momento se dijo que representaba ahorros en el consumo de energía eléctrica.
Esto nunca se ha comprobado, y para el colectivo no tiene sentido pues se trata nada más de pasar la oscuridad de la mañana para la tarde y después regresarla a la mañana.
Lo cierto es que la medida, al menos varios días, descontrola el reloj biológico de los mexicanos, porque cuando ya se acostumbraron a un horario para dormir, entrar al trabajo, comer o de iniciar otras actividades, se los cambian.
De todos modos, no olvida ajustar su reloj esta noche.