*Su gobernador arroja resultados insatisfactorios y carece de cuadros.
De la redacción
A menos de 9 meses para las elecciones legislativas federales y locales y para renovar a los 125 ayuntamientos aparecen ya negros nubarrones sobre el PRI, antes casi partido único en el Estado.
Una serie de factores adversos se conjugaron, adicionales al desprestigio heredado por la gestión de Enrique Peña Nieto en la presidencia de la República, caracterizada por niveles record de corrupción.
Un recuento de “El Espectador” a esas desventajas encontró que el PRI carece de cuadros de gran arraigo popular para postularlos para los cargos de elección que estarán en disputa el primer domingo del próximo año.
Es tan comprometida la situación y frágil la posición del partido que antes le regalaba votos a la oposición para que alcanzaran cargos de representación proporcional en la Legislatura Local y los ayuntamientos, y así simular una fuerte pluralidad democrática, que ahora lo desdeñó el PAN como aliado.
Una de las grandes debilidades adicionales del Partido Revolucionario Institucional la representa el mal desempeño de su gobernador Alfredo del Mazo Maza, cuya gestión es insatisfactoria para una abrumadora mayoría de los mexiquenses.
Como aquí se informó en el anterior número, el monto del presupuesto estatal ejercido en 2019 fue equivalente a 5 veces al del 2012, pero desde el 2011, con Eruviel Ávila como gobernador la eficacia del Poder Ejecutivo se desplomó y sigue en picada con del Mazo Maza, con todas sus implicaciones en el ánimo de los potenciales votantes. (Continuará)
