
*Relanzar desarrollo económico con equidad, reto de Arce. *Derrota de Trump.
De la redacción
Los destrozos de los avances sociales y el empobrecimiento de la población ocasionados en sólo 11 meses por el gobierno de facto boliviano que encabeza Jeanine Áñez, combinado con los fuertes liderazgos del Movimiento al Socialismo (MAS), explican la contundente victoria de su candidato presidencial Luis Arce en la primera vuelta de la elección.
No bastó el retiro de las aspiraciones electorales de Áñez, ni el abandono de la contienda por parte del candidato y expresidente Jorge “Tito” Quiroga, para no dispersar el voto de la derecha y ultraderecha: el abanderado del MAS triunfó con más del 52 por ciento y evitó la segunda vuelta. Podía evadirla con sólo alcanzar el 40 por ciento y sacarle 10 puntos de ventaja al segundo lugar.
Al final superó al expresidente Carlos Mesa por más de 20 puntos, por lo que como dice la canción “El Tahúr”, que popularizó Vicente Fernández, no había ni que discutir. Y no lo discutieron ni Jeanine Áñez, ni Carlos Mesa, ni el ultraderechista y principal promotor del golpe de estado contra Evo Morales, el candidato presidencial Luis Fernando Camacho.
La victoria fue relativamente fácil, pero ahora que asuma en los próximos días la presidencia, Luis Arce tendrá en la restauración de los daños a la economía, al desarrollo social, la superación de la pandemia de coronavirus un descomunal desafío, como lo representará el excesivo endeudamiento contratado por el gobierno de facto.
El presidente electo de Bolivia, como secretario de Economía y Finanzas de Evo Morales, contribuyó al crecimiento de la economía de su país, que pasó de un producto interno bruto (PIB) anual de 9 mil 500 millones de dólares a 40 mil 800 millones de dólares en 14 años.
En el mismo período, la pobreza de ese país sudamericano de aproximadamente un millón 100 mil kilómetros cuadrados y 11 millones 700 mil habitantes se redujo del 67 al 37 por ciento, y sus indicadores de bienestar fueron muy superiores a los de los países de la región. Ahora debe retomar esa senda y mejorar la atención a la pandemia del coronavirus.
DERROTA DE TRUMP Y POMPEO
El triunfo de Luis Arce y del MAS constituyó una derrota para la derecha y ultraderecha boliviana, pero también para Donald Trump y su secretario de Estado, Mike Pompeo, quienes impulsaron con vehemencia el golpe de las fuerzas de seguridad contra Evo Morales en noviembre del año pasado, en su estrategia de reforzar la influencia de Estados Unidos en América Latina, que incluye igualmente una invasión militar en Venezuela, para derrocar a Nicolás Maduro.