La Profunda Descomposición Social y el Caso de los Niños Mazahuas Desmembrados

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La Profunda Descomposición Social y el Caso de los Niños Mazahuas Desmembrados

Augusto L. Robles

Mucho fondo hay atrás de la atroz ejecución y desmembramiento de dos adolescentes mazahuas en la Ciudad de México. Una de las líneas de investigación es que fueron víctimas de criminales organizados, quienes los obligaban y utilizaban en actividades delictivas, aprovechando que eran menores y no despertaban sospechas.

Los menores fueron traídos a San José del Rincón, municipio mexiquense ubicado en la región de la etnia mazahua y expulsor de población a la Ciudad de México, la cual huye de la pobreza y marginación.

Ya hay detenidos por estos hechos, esclarecidos casi por casualidad, pues se supo lo ocurrido no por indagatorias, sino porque la madrugada del 31 de octubre los cuerpos desmembrados se le cayeron a un individuo que los transportaba en un tambo montado sobre un “diablito”, lo cual fue presenciado por policías, quienes detuvieron al sujeto.

El detenido dijo que le pagaron con cocaína para tirar los cuerpos, pero dio información sobre quiénes le ordenaron el macabro trabajo.

Todo el caso es un ejemplo claro de la descomposición social impulsada por la delincuencia organizada y la adicción a las drogas.

Los adolescentes fueron víctimas por partida doble, al no tener una infancia y adolescencias conformes con los derechos universales de los niños y niñas de su edad, pero también por la explotación criminal de la que fueron objeto y que les procuro su horrenda muerte.

Y, a la vez, eran victimarios, formaban parte medular de una estructura criminal, encargados de tareas sucias, por las cuales, de haber sido detenidos no habrían pasado sino unos cuantos meses, quizás un par de años a lo sumo en algún centro de reclusión de menores, y después habrían podido seguir con su carrera delictiva.

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